No podía ser otra cosa. Tenía que ser una pesadilla. Pochettino sabía que el Newcastle se iba a encerrar. Lo tuvo que soñar anoche mientras meditaba cómo hacerle daño a las 'urracas', algo que no consiguió el Manchester City de Guardiola en la jornada pasada. Y que tampoco logró el Tottenham hasta que apareció la figura de Son. El coreano se sacó un latigazo desde la frontal enlos últimos instantes del partido para desbancar al City de la segunda plaza. Son bajó el nido de las 'urracas' cuando ya volaban a Newcastle con un punto (1-0).
Difícil, muy difícil se antoja jugar ante un equipo completamente encerrado atrás, con dos líneas de cinco y cuatro y sin la necesidad de presionar para robar el esférico. El Manchester City lo sufrió en sus propias carnes y hoy le ha tocado el turno al Tottenham, que ha sufrido una auténtica pesadilla en Wembley. Los 'spurs' lo intentaron por tierra, mar y aire pero el muro del Newcastle fue imposible de escalar.
El Tottenham sabía que para hacer daño a las urracas debía ser muy profundo y asediar la meta de Dubrovka. Ese fue el mensaje que dejaron los pupilos de Guardiola. Con la posesión no se le hiere al Newcastle. Así, el cuadro 'spur' fue con todo desde el primer minuto. Con el monopolio absoluto de la posesión, los de Pochettino sí gozaron de buenas oportunidades. Lucas Moura y Lamela, con un cabezazo a larguero, fueron los que estuvieron más cerca de inaugurar el marcador. Pero nada más lejos de la realidad. Ni el balón a la madera hacia temblar el planteamiento del Newcastle en una primera mitad de desgaste.
En la reanudación, el guión no sufrió ningún cambio de planes Todo siguió igual y el Tottenham continuó su acoso y derribo al muro de las 'urracas'. El muro se mostró infranqueable pero había un pequeño resquicio que Son supo aprovechar.
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El coreano, cuando los aficionados ya se conformaban con el empate, se sacó un buen derechazo desde la frontal y, con la ayuda de Dubrovka, aseguró los tres puntos para el Tottenham. Tras el tanto, el Newcastle buscó lo que no hizo en todo el partido: la meta de Lloris. No obstante, ya era demasiado tarde. El cuadro de Pochettino ya es segundo.