El Tottenham estuvo cerca de quedarse sin liderato. La justicia imperó en Selhurst Park. Los de Mou se adelantaron en el marcador pero jugaron con el resultado en la segunda mitad, encerrados atrás y viéndolas venir. De equipo pequeño. Y el Palace, engrandecido, aprovechó para hincar el diente y empatar.
Le costó cogerle el gusto al balón el Tottenham. Venía de un calendario donde le había tocado ser más reactivo que activo, pero no tardó demasiado en demostrar que en defensas cerradas también sabe hacer daño. Lo justo y algo más como para marcar y sobrevivir. Teniendo a Kane y Son todo es un poco más fácil, aunque la primera del partido fue para Ndombélé, que se echó las manos a la cabeza tras el paradón de Guaita.
Los 'spurs' llegaban y llegaban, disparo de Reguilón y cabezazo de Kane incluídos. Pero el meta valenciano estaba llamado a ser el protagonista de la tarde. Para bien y para mal. Parecía que se le iba a amargar la tarde tras 'tragarse' un potente disparo de Kane. Pero el de Torrent se reivindicó y terminó siendo clave.
El Tottenham había logrado lo más difícil ante un rival que solo metía miedo cuando lograba conectar con Zaha en transiciones. Los 'spurs', solventes atrás como pocos, lo tuvieron todo controlado hasta antes del descanso, donde se vieron obligados a echarse unos metros para atrás ante el ímpetu del Palace. Eze la tuvo con un disparo a la madera.
En la reanudación, desapareció el Tottenham. El Crystal Palace sumó efectivos en ataque y se instaló en campo contrario ante un líder empequeñecido, reducido al patadón. El juego de los 'eagles' neutralizó por completo a la dupla Kane-Son. Sin grandes ocasiones más allá de un disparo arriba de Zaha y un cabezazo de Benteke, los de Hodgson encontraron el premio.
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Eze la puso al área, Lloris no acertó en despejar y el balón muerto que lo aprovechó Schlupp. No se puede jugar a defender. El Tottenham, con el empate, se fue a tumba abierta arriba. Mou introdujo a Dele Alli (así de desesperado estaba) y ocasiones tuvo para llevarse el triunfo. Un centro-chut de Davies, un cabezazo de Kane y un libre directo de Dier a la mismísima escuadra. Apareció Guaita para cerrar la portería. Héroe y villano en una misma tarde. Así es Guaita.