José Mourinho está transformando al Tottenham. El portugués no engaña a nadie. Va de frente. Y en apenas unos días, el luso ha logrado inyectar en los 'spurs' un ADN ganador. Fútbol directo, aprovechando espacios y tirando de pegada. Los resultados acompañan. Tres encuentros, tres victorias.
Con variación táctica. Mourinho actualizó su vetusto libreto y aplicó el I+D+i. Nunca es tarde para innovar. Defensa de tres hombres y centro del campo superpoblado. El resultado fue un Tottenham con aromas de tiki-taka. Eso sí, los goles llegaron con un recurso más reconocible en los equipos del portugués. Balón directo y que decida la calidad individual.
Advirtió Son tras combinar con su inseparable Harry Kane. Excesivamente cruzada la definición del surcoreano. No fallaría Dele Alli instantes después. Pelotazo profundo de Alderweireld, control-asistencia de Son y el '20' la empujó con cariño.
El guión se repitió en la acción del segundo tanto. Lanzamiento en profundidad desde el eje de la defensa y Dele, en un alarde de técnica individual, mató el esférico y lo picó ante la salida de Ramsdale. 'Mourinhismo' en estado puro. Al de Setúbal le chiflan los espacios y en el norte de Londres ha encontrado tres delanteros que los interpretan a la maravilla. Una nueva asociación entre Dele Alli y Son permitió a Sissoko establecer el 3-0. Centro desde la izquierda y voleón del francés para finiquitar la contienda.
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El doblete final el talentoso joven Harry Wilson incomodó a los 'spurs'. La impronta de Mou empieza a calar en el Tottenham Stadium. Pidiendo la hora. Viviendo en el alero.