No es frecuente que una figura pública pida perdón de verdad y sintiéndolo de verdad.
Pep Guardiola pidió perdón sin matices a Steven Gerrard por haber mezclado su famoso resbalón que facilitó una Premier del City con la dura investigación abierta contra el club citizen por presuntas irregularidades.
Pep fue contundente consigo mismo: “Me avergüenzo de lo que dije”. También en esto Guardiola es diferente. Estamos cansados de oír fórmulas tramposas del estilo “Pido perdón a quien se haya sentido ofendido”, en las que el teórico arrepentido no pretende expiar su culpa sino simplemente lavar su imagen.
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Pep se equivocó como todos pero pide perdón como casi nadie. Bravo.