El Manchester United repite este año su periplo estadounidense, igual que hizo durante el verano del año pasado, debido a la International Champions Cup. Hasta aquí, la situación sería totalmente idéntica a estas alturas de la pretemporada anterior.
Pero hay un hecho que parece haber cambiado: José Mourinho. El entrenador portugués parece ser otro y no muestra ni la misma alegría ni la misma convicción en sus comparecencias ante la prensa durante la presente gira.
El pasado fin de semana, el técnico salió a la sala de prensa bastante desanimado y con mensajes implícitos que pueden dar a pensar su desacuerdo con la cúpula directiva del equipo inglés, tras el empate que cosechó su equipo ante el San José Earthquakes.
El principal motivo por el que Mou se muestre públicamente con cara de vinagre sea, probablemente, el no disponer del fondo de armario que desea. A día de hoy, la cúpula de los de Manchester sólo han llevado a cabo tres incorporaciones: Dalot (lateral de 19 años que llega lesionado), Lee Grant (portero de 35 años) y Fred (mediocentro por el que se pagaron 60 millones).
Estas incorporaciones no tienen nada que ver con las que obtuvo el entrenador luso el verano pasado: Lukaku, Matic y Lindelöf, añadiendo después al internacional chileno Alexis Sánchez. Al portugués le gustaría que el equipo inglés hubiera intentado incorporar a jugadores de más nivel, como por ejemplo Bale, Kroos o Bonucci. Además, y a diferencia de la temporada anterior, el mercado de fichajes en Inglaterra bajará las persianas antes, concretamente el 9 de agosto.
El panorama para ver a Mourinho sonreír de nuevo durante esta temporada no es el más idóneo. En todo caso, un fichaje de calidad enaltecería de nuevo al técnico portugués, que ve como sus principales rivales para ganar la Premier League se van reforzando: El Manchester City, actual campeón, ha fichado recientemente a Mahrez, o el Liverpool, que de momento tiene cerradas las incorporaciones de Naby Keïta, Fabinho, Shaqiri y Alisson.
Otra de las preocupaciones del técnico portugués es que los jugadores de mayor nivel que han participado en el Mundial de Rusia (
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Lukaku, Pogba, Rashford, Ligard y Jones) no lleguen en condiciones óptimas para el inicio de la competición, que tendrá lugar el 10 de agosto frente al Leicester.