El Manchester United volvió a tropezar en el momento más inoportuno, cediendo un empate (1-1) que de poco le sirvió al Swansea, desesperado por huir del descenso, y que le frenó en su carrera por entrar en puestos Champions. Así, el superdomingo de la Premier comenzó con el mejor resultado... Para cualquiera que no jugase en Old Traffrord.
El Swansea, necesitado de ganar para atrapar al Hull, se presentó en Manchester con toda la intención del mundo. Ambicioso por necesidad y descarado por intuición, el equipo de Paul Clement (llegado a Gales en enero) no se dejó amilanar por la presión ni por el escenario y no solo le presentó batalla al equipo de Mourinho, sino que, incluso, provocó más peligro y cerca estuvo de avanzarse en el marcador.
De Gea salvó a los diablos rojos en la misma medida que Fernando Llorente lamentó su mala fortuna hasta en tres oportunidades antes de que, en el último suspiro del primer tiempo Rashford se dejó caer ante la salida de Fabianski, el árbitro picó el anzuelo y Rooney transformó el penalti que dio ventaja al United.
En la segunda mitad la urgencia se dejó notar en los nervios del Swansea, desesperado por igualar el injusto marcador y que estuvo cerca de encajar el 2-0 definitivo... Hasta que una falta en la frontal le regaló el empate a Sirgudsson en el minuto 79.
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Y desde entonces y hasta el final, con los seis minutos de añadido, se contempló más cerca el 1-2 que el 2-1. Lo rozó otra vez Fernando Llorente en los minutos 91 y 96... Pero el final se firmó con unas tablas que ni catapultaron al Swansea ni sirvieron al United.