El banquillo del Arsenal parece, un año más, que volverá a ser objeto de debate. Arsène Wenger está de nuevo en el punto de mira de todos después de que su Arsenal se encuentre, a las puertas del tramo final de temporada, sexto con 45 puntos, a 13 de las palzas de Champions y, ojo al dato, a 33 del líder Manchester City.
El club 'gunner' encadena cuatro derrotas consecutivas y la continuidad del técnico alsaciano está más en entredicho que nunca. Buena parte de la afición del conjunto londinense ya hace tiempo que pide públicamente su dimisión, pero los títulos menores que va logrando año tras año lo mantienen en el trono.
El último candidato en asomar la cabeza es toda una institución en el Arsenal. Se trata de Thierry Henry, probablemente el mejor jugador de la historia de la entidad y que fue el abanderado de una de las mejores épocas de la historia del club. Henry, precisamente, tuvo a Wenger de entrenador durante sus años en el norte de Londres (cabe recordar que lleva más de dos décadas el bueno de Arsène) y recientemente fue preguntado sobre si aceptaría el cargo: "Soy joven y nunca digo 'no' a los retos. Si tu amas un lugar y ellos te piden ayuda, tú siempre dirás que sí. Lo que digo otra vez es que estamos hablando sobre cosas hipotéticas".
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