El técnico italiano abandonó el campo llorando después de que el Leicester se impusiera por un convincente 0-2 en su visita al Sunderland gracias a dos goles de su estrella y 'pichichi' James Vardy.
Ranieri, entrenador curtido en mil batallas tras haber pasado por banquillos tan exigentes como los del Valencia, Atlético, Chelsea, Juventus o Inter, entre otros, se despidió cortésmente de su colega Sam Allardyce al acabar el encuentro... y rompió a llorar. No a lágrima viva, pero sí con un sentimiento enorme. Una señal, clara, de la trascendencia que tenía este partido en Sunderland, en el que el Leicester dejó prácticamente sentenciado el título de Liga. Los 'foxes' están a un paso de ser campeones.
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ASÍ FUE LA REACCIÓN DE RANIERI: