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Nada mejor que afrontar la ida de Champions ante la Juventus que vencer a tu némesis ciudadana. El Tottenham barrió al Arsenal, no tanto en el marcador como en el terreno de juego, y superó a los 'gunners' gracias a un gol de Harry Kane, quizás con falta sobre Koscielny, para sumar su tanto 101 en Premier. El cuadro de Pochettino se afianza en la zona noble, peleando por la cuarta posición con Chelsea y Liverpool.
Mucho respeto en el superderbi del norte de Londres, disputado circunstacialmente en el Oeste. Los 'spurs' de Mauricio Pochettino controlaron el esférico bajo la fina lluvia inglesa, aunque delante se toparon con un Arsenal sorprendentemente reculado. El Tottenham generaba peligro por el flanco izquierdo, donde Nacho Bellerín sufría para frenar a Son y a todo aquel que aparecía por el carril del once. Eriksen centraba desde esa posición para que Harry Kane, tal vez en fuera de juego, cabeceara por encima del travesaño.
Los 'gunners' no hilvanaban tres pases seguidos y, cuando lo hacían, Davinson Sánchez y Vertonghen aparecían para abortar el peligro. Sólo Jack Wilshere tenía las ideas claras en los de Arsène Wenger, que parecían querer anestesiar un partido en el que carecían de control.
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Ganó en intensidad el derbi nada más reanudarse el segundo tiempo. Davies ganó terreno por la izquierda, la puso al corazón del área y 'Hurrykane', quién iba a ser, cabeceó lejos del alcance de Cech. El tanto serenó el juego 'spur' que sacó el rodillo para aplastar a un Arsenal que dio gracias a Cech de no haber encajado ningún gol más. El destino tenía reservado a Lacazette la gloria en el añadido. El atacante galo disfrutó de un mano a mano con Lloris que se perdió excesivamente cruzado. Manos a la cabeza de Wenger y de todos los integrantes del banquillo del Arsenal.