Si entre semana en Anfield se consumó la seguidilla de cinco derrotas que jamás se había visto desde su creación en 1892, esta jornada el Liverpool confirmó su crisis, su caída libre y la debilidad del feudo 'red', prolongando la mala racha a seis caídas con el triunfo del Fulham a domicilio por 0-1.
En la primera parte se vio ese espeso Liverpool que hemos tenido las últimas jornadas. Con cambios en el once titular, Klopp le dio la banda derecha a Neco Williams, quien fue totalmente desbordado por los ataques 'cottagers'.
En ataque, el tridente Jota-Shaqiri-Salah no encontró las vías para crear peligro en la portería de Areola. El egipcio, incluso, tuvo un error garrafal en defensa, fatalidad que destruyó anímicamente a los 'reds': fue en el cierre del primer tiempo, cuando Salah perdió un balón con Lemina y el centrocampista francés batió a Alisson con un derechazo.
El revés obligó a Klopp a dar entrada a nombres como Mané, Alexander-Arnold y Fabinho para la segunda parte, coincidiendo esto con el mejor momento del Liverpool. Mané estrelló, incluso, un balón en el travesaño, pero todo se quedó en promesas y Aréola se pudo llevar el cero de vuelta a Londres.
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Dolorosa caída, ya no solo por los números o la racha: los 'reds' se hunden en el octavo lugar y alejándose, cada vez más, de los puestos europeos.