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Festín del Tottenham para volver a la buena senda en la Premier League

La escuadra de Mauricio Pochettino arrasó al Crystal Palace y se resarció de los tres últimos pinchazos.

El tándem formado por Son y Aurier, letal para dejar en la lona a los 'eagles' en la primera media hora de juego.

El binomio Son-Aurier levantó el ánimo de los ’spurs’ de Pochettino / | sport
Sergi Montes

Dos empates y una derrota despuésel Tottenham vuelve a saborear las mieles del triunfo. Lo necesitaban los lillywhites, incapaces de vencer en sus tres últimos compromisos y amargándose la vida en este arranque de campeonato liguero en Inglaterra. Ante el Crystal Palace, los pupilos de Mauricio Pochettino se quitaron todas las telarañas y la presión de encima con unos 25 primeros minutos espectaculares. En ese tramo finiquitaron la contienda con Son y Aurier como protagonistas.

Los ‘spurs’ necesitaban a toda costa recobrar la fe y la alegría tras un arranque de Premier League sumamente irregular. Y a fe que lo consiguieron, pues se dieron un festín casero a costa de la fragilidad defensiva de su rival y un delantero surcoreano que hizo las delicias de toda la parroquia lillywhite.

Coser, cantar y marcar en la primera mitad

Son Heung-Min, que volvió a sacar el hacha de guerra ante una de sus víctimas preferidas, quiso hacer del duelo londinense una rutina poniendo en marcha el  torbellino ‘spur’. Una gran acción individual dentro del área, con zurdazo a la base del poste, abrió la lata para los lillywhites. 

Aurier, su socio y confidente, provocó el 2-0 en propia –Van Aanholt, culpable- con una internada por la derecha tras asistencia del astro asiático. Con el español Guaita clavado y sin poder hacer gran cosa, el propio Son empaló un servicio desde la derecha que hinchó la red de los ‘glaziers’ por tercera vez en menos de 25 minutos.

 

Lamela, que también se apuntó a la fiesta, no desperdició la ocasión de hurgar en la herida del equipo de Roy Hodgson con el 4-0 al filo del descanso. Una contra de libro, billar a tres bandas, que sentenció el duelo. El Norte se impuso al Sur en Londres.