Parece que ha cogido la velocidad crucero el Liverpool, que este viernes se impuso de aquella manera al Leicester, pero suma su cuarta victoria consecutiva en la Premier League y recorta distancias con la zona Champions, que esta temporada está más cara que nunca Inglaterra.
El equipo de Klopp de se vio obligado a nadar a contracorriente desde muy pronto, fruto de un error defensivo que propició el tanto de Dewsbury-Hall a los tres minutos. Al más puro inglés, el Leicester se plantó en el área de Alisson en cuatro toques y no perdonó.
De la mano de Salah, sin embargo, se desperezó el Liverpool. Primero con un remate del egipcio que no encontró puerta de milagro y después con un gol anulado al propio 'Mo' por un fuera de previo de Oxlade-Chamberlain. Por entonces, el partido ya era un monólogo 'red', que cristalizó en el marcador en la recta final de la primera parte con dos autogoles de Faes que permitieron a los de Merseyside voltear el partido en la noche más negra del central belga.
En el intento del zaguero de los 'foxes' de despejar un centro desde la derecha del siempre punzante Alexander-Arnold, despechado por Southgate en la selección inglesa, pero pieza capital en su equipo, llegó el empate. Al filo del descanso los de Klopp culminaron la remontada tras un disparo al palo de Darwin Núñez que rebotó en Faes y se coló en la red.
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Tras el paso por vestuarios Salah, en un mano a mano con Ward, y Darwin Núñez pudieron ampliar la ventaja del Liverpool, que falto de acierto de cara a puerta se tuvo que conformar con el partidazo de Thiago, quien dio una auténtica 'master class' en labores defensivas.