Este Everton ya es otra historia. La mano de Carlo Ancelotti, que llegó a Liverpool para enderezar la mala situación de los 'toffees', se está notando. Y tras una única derrota en liga ante el Manchester City, la cosa va viento en popa. Un solitario gol de Richarlison fue suficiente para reencontrarse con el triunfo y acercarse a las posiciones europeas tras batir al Brighton.
La idea era clara. Dominar y cerrar el encuentro lo antes posible. El Everton salió como un tiro y no tardó en adueñarse del balón, siendo agresivo en la faceta ofensiva. Pero la pelota no entraba. El cuadro local llegaba una y otra vez a la meta defendida por Ryan pero no había manera. Incluso se revisó un posible penalti que el VAR desestimó. No obstante, ya al filo del descanso, Richarlison se encargó de romper el entramado defensivo de las 'gaviotas'. Recibió dentro del área, recortó y con un golpeo magistral y colocado, abrió la lata. Precioso.
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Tras el receso, Tossard asustó a los presentes en el Goodison, que enmudeció. Llegó a la frontal del área y a punto estuvo de igualar la contienda, pero su potente tiro golpeó en el travesaño. Y pese al dominio 'toffee', se terminó sufriendo hasta el final. Calvert-Lewin se quedó muy cerca del gol, topándose en dos ocasiones con el portero y en otra con el VAR, que le anuló un tanto por mano previa. Ancelotti respiró hondo cuando en el último minuto, Murray se quedaba cerca del empate con un tiro que lamió la madera. Tres puntos que saben a gloria y que acercan al Everton a la ansiada Europa.