Chelsea y Liverpool demostraron en Stamford Bridge por qué están donde están. Entre las penurias ofensivas de unos y las defensivas de los otros no hicieron ni medio y ambos se quedaron con un 0-0 que no satisface a ninguno. Bruno Saltor, técnico interino ‘blue’, se estrenó sin poder redirigir el rumbo a una semana para medirse al Real Madrid en los cuartos de Champions.
Con la baja de Van Dijk de última hora por enfermedad, Jürgen Klopp apostó por un once ‘copero’ con muchísimas rotaciones. En el horizonte se avista un Liverpool-Arsenal en Anfield el domingo. Pese a los cambios, su equipo siguió inmerso en esta alicaída versión que arrastra desde inicio de curso.
Nadie tenía puntería en el Chelsea, su particular punto débil este curso. Y para cuando Reece James encontró el camino de la felicidad, el VAR se lo anuló por fuera de juego previo de Enzo Fernández. Ni Joao Félix ni Havertz convertían sus ocasiones ante unos ‘red’ que sólo se acercaron a Kepa con un tiro de Gomez que obligó al vuelo del español y a un par de disparos de Fabinho. Fofana, clave en evitar que uno de ellos fuese gol.
Nada más salir de vestuarios, Kovacic desperdició un mano a mano y Havertz, que metió de rebote el suyo dos minutos después, también vio como el videoarbitraje actuaba. Lo hizo con la mano tras el rechace de Alisson y siguió el 0-0.
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Poco más desde entonces entre dos equipos que claudicaron y se conformaron con el premio de al menos puntuar. Muchas dudas en ambos, que se alejan de sus respectivos objetivos clasificatorios.