Romelu Lukaku ha provocado un incendio y el Chelsea se dispone a apagarlo. Sus polémicas declaraciones de la semana pasada en las que manifestaba no estar a gusto en el Chelsea han motivado que el equipo inglés esté buscando una solución. Para empezar, el delantero belga ya no fue convocado para el decisivo partido que jugó ayer el Chelsea ante el Liverpool. Ni siquiera estuvo en Stamford Bridge.
Sólo tres meses después de que el Chelsea pagará al Inter 130 millones de euros en una inversión que era a largo plazo, el belga puede tener las horas contadas en el equipo inglés.
“No estoy contento con la situación, eso es normal. Creo que el míster (Thomas Tuchel) eligió jugar con otro dibujo, yo lo único que puedo hacer es no rendirme y seguir siendo profesional. No estoy contento con la situación, pero soy un trabajador y no voy a tirar la toalla”, dijo Lukaku.
La respuesta de Tuchel fue la siguiente: "“No nos gusta, por supuesto. Trae un ruido que no necesitamos y no ayuda. No queremos darle más importancia de la que realmente tiene. Es fácil sacar frases de contexto, acortar líneas, hacer noticia y luego darse cuenta de que no es tan malo. Podemos tomarnos el tiempo necesario para tratar de entender lo que está pasando porque no refleja el trabajo diario, la actitud y el comportamiento que Romelu muestra aquí en Cobham”.
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Sin embargo, Tuchel decidió apartarlo después de consensuar su decisión con los pesos pesados del vestuario: Kanté, Azpilicueta, Jorginho y Rüdiger. Aunque después del partido, Tuchel pareció mostrarse más conciliador: "Siempre hay una forma de regresar al equipo".