Los apasionados de esa peculiar mística que rodea al fútbol inglés están, estamos, de verdadera enhorabuena tras el ascenso del Fulham a la Premier League, superando al Brentford en el agónico play-off.
Y más que por simpatías hacia el club del suroeste londinense, el regreso de los blanquinegros a la Premier es celebrado porque ello supone que su estadio, el único e incomparable Craven Cottage, regresa a la élite.
Hablamos quizá del último estadio que mantiene ese tradicional look del fútbol inglés más añejo. Tribunas de madera, arquitectura tradicional y el legendario ‘chalet’ en una de sus esquinas, una de las gradas con más personalidad del planeta fútbol.
125 años de vida
Y es que el Cottage es algo más que un estadio, no en vano los seguidores del Fulham son conocidos como ‘cottagers’. Feudo del club desde el año 1896, y con una capacidad de 25.700 espectadores tras su última reforma, el estadio -ubicado junto a la misma orilla del Támesis- sigue esperando desde hace siglo y cuarto que el Fulham pueda alzar un trofeo.
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Y es que los blancos son de los pocos clubes acostumbrados a Primera que jamás han alzado un gran titulo, ni nacional ni internacional. Pero su campo, de eso no cabe duda, es uno de los monumentos más legendarios de ese invento llamado football.