John Stones acabará la temporada en el Everton, pero probablemente comience la próxima con otra camiseta, incapaz como se vislumbra su club de poder mantenerle ante las ofertas que se avecinan. Y que de acuerdo a varios informes superarían los 60 millones de euros.
El central inglés, de 21años y considerado el mejor futbolista británico en su puesto, ya estuvo la pasada campaña en la órbita del Chelsea, que por expreso deseo de Mourinho llegó a poner sobre la mesa 50 millones de euros por su fichaje, que fueron rechazados por el Everton. La situación, ahora, se vislumbra diferente.
Lo es porque al club de Stamford Bridge, que sigue manteniéndole en el plano, se han sumado otros pretendientes, el FC Barcelona entre ellos, dispuestos a convertir a Stones en el fichaje más alto de la historia en lo que a un defensa se refiere... Y que tiene en el Manchester United a un protagonista de excepción.
Si en el Chelsea contemplan al jugador como el heredero ideal de John Terry, en Old Trafford siguen desesperados por encontrar a un sucesor digno de Rio Ferdinand, retirado en el Queens Park Rangers la pasada campaña y que disputó 455 partidos con el Manchester United entre 2002 y 2014.
Stones se considera en Inglaterra un futbolista trascendente en el futuro inmediato, tanto por sus cualidades como por el crecimiento que se le contempla. El Manchester City habría dado muestras de estar también interesado en su incorporación, pero se entiende que Chelsea y Manchester United tienen mucho más avanzados los contactos con el entorno del jugador.
Así, el ManU ha trasladado su intención de poner sobre la mesa 59 millones de euros, añadiendo la cesión de un futbolista que pudiera interesar al Everton. El Chelsea, por su parte, ya ha puesto sobre la mesa una oferta de 65 millones, que le convertiría en el segundo traspaso más alto de la historia de un jugador británico. De hecho, el club londinense quiso incorporarle en este mercado invernal, siendo rechazada tal opción desde Goodison Park.
El Barcelona, que también ha llevado a cabo un seguimiento especial de Stones, no estaría en condiciones de rivalizar con las cantidades que se tratan en Inglaterra, por bien que diversos informes le mantienen como uno de los aspirantes a conseguir su fichaje.
Ferdinand fue, en junio de 2002, el traspaso más caro en lo que a un futbolista británico se refería y a un defensa, pagando los diablos rojos 46 millones de euros al Leeds United. Los 50 que pagó el PSG por David Luiz al Chelsea en 2014 batieron aquel record en lo que a su posición se refiere.
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Sterling, vendido por el Liverpool al Manchester City por 68 millones de euros, y Gareth Bale, que pasó del Tottenham al Real Madrid por 100 millones, son los únicos traspasos de jugadores británicos que superaron en su momento a Ferdinand, que verá en quien se considera su sucesor en el fútbol de las islas a otro hombre record.