Bajo la fina y persistente lluvia del sudoeste londinense, el Chelsea aguanta el pulso del United y conserva su cuarta posición de Champions League. No imaginó Frank Lampard un duelo tan cómodo. El Watford ni compareció. La vieja guardia, con Giroud, Willian y Barkley, rubricaron el paseo a la orilla del Támesis. La tercera posición del Leicester, a solo un punto.
Estrenaban camisetas los 'blues', cosas de la mercadotecnia, y lo hicieron embotellando a unos 'hornets' inofensivos. Ni rastro de Kepa. Frank Lampard no podrá reprocharle nada al vasco. La resistencia duró media hora. Hasta que Giroud sacó la varita mágica. Conducción de Mount, pase filtrado de Barkley y toque delicioso con la zurda del francés. Cruzado y ajustado. Foster ni la vio venir.
El gol no hizo más que reforzar al Chelsea. Baño y masaje para los de Stamford Bridge, obligados a vencer tras el 5-2 del Manchester United al Bournemouth. No pudo encontrar un encuentro más plácido. Por si fuera poco, un sutil derribo de Capoue a Pulisic lo señaló Kevind Friend como penalti. Willian ejecutó con la diestra y una tranquilidad pasmosa.
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La historia de la segunda mitad se explica en dos líneas. Control absoluto del Chelsea, lesión muscular de Kanté y una solitaria acción de Welbeck tras pérdida de Gilmour que Kepa salvó con manopla rasa. El 3-0 lo firmó Barkley en el añadido. Amortiguó un centro de Azpilicueta con la derecha y fusiló de zurda. Imparable.