Si alguien en Old Trafford podía contemplar una salida de Edinson Cavani este mercado de invierno, el partido de Newcastle les habrá quitado la idea de la cabeza. El uruguayo salvó al Manchester United de un partido horroroso ante los ‘magpies’. Cavani entró en el descanso, con los diablos rojos por detrás en el marcador, se buscó tres ocasiones y marcó un gol. Aún así no les bastó, y tuvo que aparecer De Gea para evitar una catástrofe mayor.
A Ralf Rangnick le queda mucho trabajo por hacer. El fútbol vertiginoso y la presión asfixiante que quiere imponer el técnico alemán acabó en un despropósito en Newcastle, sobre todo en la primera mitad. No ayudó que Saint-Maximin les atizara a las primeras de cambio, previo error de Varane. El extremo francés culebreó entre la zaga del United hasta sacarse, a media caída, una rosca a la escuadra de De Gea.
El United no enlazó nada y sufrió en defensa. Maguire volvió a mostrar sus costuras, y ni Fred ni McTominay conseguían frenar las contras de Saint-Maximin y Joelinton. Tanto era el bloqueo que Rangnick tomó cartas en el asunto en el descanso, sacando de golpe a Sancho y Cavani.
Ambos mejoraron al United en la reanudación. Sancho generó el centro del primer aviso de Cavani. Por el camino De Gea sacó una gran mano a Saint-Maximin, un error local que acabó por castigar Cavani. El uruguayo cazó otro centro al área para acabar rematando el balón al fondo de la red. Puro instinto al uruguayo, muy superior a un desaparecido Cristiano Ronaldo en Newcastle.
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El empate calmó al United por momentos, pero alentó las ganas de venganza del Newcastle en el tramo final. Con los de Rangnick totalmente partidos sobre el campo, los ‘magpies’ tuvieron la victoria en sus botas, pero se la quitaron los palos y De Gea. Primero Murphy disparó a la base del poste, y después Almirón se encontró con una mano prodigiosa del meta español a poco para el final para dejar el empate en el marcador, un punto que no sabe bien a nadie, pero que probablemente hace justicia para todos.