De Bruyne dio la bienvenida a Erling Haaland con una lluvia de goles. El genio belga se marcó un póquer de tantos en poco más de una hora de partido, en una goleada que huele a título. El Wolverhampton fue un juguete al antojo de De Bruyne, que acerca al City de Guardiola a su cuarta Premier League.
La defensa de los Wolves, la cuarta mejor del campeonato, amenazaba a los de Guardiola en la previa. Un temor que duró poco: en 24 minutos De Bruyne había marcado ya un hat-trick. Los marcó todo con la zurda. El primero tras un dulce paso de Bernardo Silva, que cruzó a la red de un martillazo. En el segundo aprovechó una indecisión de Sterling para recoger un balón suelto en el área y empujarlo a la red. Y sentenció con un zapatazo desde la frontal.
Por el camino, Dendoncker había marcado antes el 1-1 para poner emoción al partido, hasta que De Bruyne se la quitó. El Manchester City se pudo permitir contemporizar el partido hasta la segunda parte, cuando el ‘17’ de Pep volvió a aparecer para guardar a la red, esta vez con la diestra, un centro raso de Foden.
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La peor noticia de Guardiola fueron las lesiones de Laporte y Fernandinho. Sin efectivos en la zaga, los dos centrales del City se fueron del campo con problemas. Sterling puso la sentencia en el tramo final para aumentar aún más la diferencia de goles: ya es de siete goles más que el Liverpool. Les sacan tres puntos y faltan seis en juego.