Bruno Fernandes es un líder, y eso al United le da la vida. En el peor de los momentos, cuando los diablos rojos asomaban hacia otro tropiezo en Newcastle, el portugués apareció. Había fallado un penalti poco antes y su actuación no era la mejor, pero en un arrebato de carácter, en el minuto 88, decantó la victoria a favor del Manchester United.
Uno de los que más lo celebró fue Solskjaer. En primera línea de fuego, y con Pochettino calentando en la banda, no ganar hubiera sido otro golpe duro por el noruego. Más viendo que el lavado de cara que le dio al equipo tras el 1-6 encajado por el Tottenham, con Pogba y Greenwood fuera del once. Además, las cosas empezaron de la peor forma: con un autogol de Luke Shaw en el minuto dos.
Quien replicó fue Harry Maguire. El nombre de la semana, criticado por sus errores con Inglaterra, se rebeló e igualó fuerzas a la salida de un córner. Los diablos rojos tomaron las manijas del partido, pero la ausencia de Martial por sanción le hizo perder pegada. Y el Newcastle amenazaba a la contra con Saint Maximin y Wilson. Este último, de hecho, provocó una parada milagrosa de De Gea con 1-1.
El protagonista acabó siendo Bruno. Primero fallando su primer penalti con la camiseta del United. Cometido sobre Rashford, el VAR lo concedió pero Darlow adivinó el disparo del portugués. Lo enmendó al borde del abismo, con una conexión de emergencia con Rashford. Llegó como una bala Bruno para guardar el balón a la escuadra a falta de dos minutos.
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El tanto desarmó al Newcastle, que bajó los brazos y acabó goleado con dos goles más de Wan-Bissaka y Rashford en el descuento que, por ahora, prolongan el proyecto de Solskjaer en Old Trafford.