El regreso de Cesc Fábregas al Emirates Stadium tuvo un final mucho más feliz del que pudo imaginar el futbolista catalán, cuando parte de la afición del Arsenal le despidió con aplausos después de haberle abucheado de manera inmisericorde cada vez que tocó el balón durante el encuentro que el Chelsea disputó ante los gunners.
"Sentir el cariño de los aficionados significó mucho para mi. Estoy agradecido por lo que me dieron" admitió Cesc, aliviado al comprobar que sus ocho años en el club dejaron huella entre los hinchas del Arsenal. Mourinho le sacó del campo en el último minuto de un partido que, acabado 0-0 sentenció virtualmente el título de la Premier a favor del Chelsea.
El futbolista catalán, que cumplirá 28 años en mayo, disputó 303 partidos con el Arsenal entre 2003 y 2011 y su regreso a Inglaterra tras jugar tres temporadas en el FC Barcelona estuvo rodeado de mucha polémica, por cuanto rumoreándose que negociaba con el Manchester City mientras Wenger guardaba silencio, sorprendió su fichaje por el Chelsea, especulándose que fue empujado a ello porque el entrenador del Arsenal rechazó su regreso a una plantilla en la que le habría dicho que no le necesitaba.
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"Era un día especial para mi porque recordé muchos momentos del pasado y me alegró que terminase de esta manera" señaló Cesc, que al ser sustituido por Zouma acabó escuchando aplausos de buena parte de la afición del Arsenal, que no olvida sus años en el club y que, aunque fuera solo al final, siguió los deseos de su entrenador, quien pidió "respeto" por Cesc en su regreso.