El ya exseleccionador inglés, Sam Allardyce, ha admitido que cometió "una estupidez", pero rechaza categóricamente retirarse del fútbol.
En su primera comparecencia pública tras su sonado despido, Allardyce atendió a los medios de comunicación a la entrada de su casa, en la localidad de Bolton.
"Si echo la vista hacia atrás sé que cometí un error estúpido. Y lo hice para ayudar a alguien que conozco desde hace más de 30 años. Fue un error y estoy pagando las consecuencias. Caí en la trampa y tengo que aceptarlo", dijo 'Big Sam' visiblemente dolido.
Allardyce, de 61 años, quien fue nombrado seleccionador nacional hace apenas 68 días -dirigió al equipo en un encuentro-, se vio involucrado en una trama de corrupción de traspasos. Un tema que ha causado indignación y vergüenza en Inglaterra.
Allardyce, que aseguró que se tomará "un tiempo en el extranjero para descansar y reflexionar sobre lo sucedido", deseó "lo mejor" a su sucesor, Gareth Southgate, quien se sentará en el banquillo durante los próximos cuatro encuentros, al tiempo que rehusó que vaya a retirarse del fútbol.
"Llegamos a un acuerdo amistoso con la Federación Inglesa (FA) y pido perdón a todos los que se han visto afectados por todo esto. He firmado un acuerdo de confidencialidad y no puedo responder más preguntas", explicó a los periodistas congregados delante de su casa. "Voy a pensar sobre lo sucedido", añadió.
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"Quiero desearle a Gareth y a todos los chicos de Inglaterra lo mejor", apuntó Allardyce, antes de mostrar su plena confianza en regresar cuanto antes a un banquillo.