Los clubes de la Premier League quieren seguir cuidando a sus aficionados y mantener vivo el espíritu de los 'Away Days' en los estadios. Por ello, han acordado mantener el precio máximo de 30 libras para las entradas visitantes en los estadios. Es un acuerdo que está vigente desde la temporada 2016/17 y que seguirá de tal manera las tres próximas temporadas.
"Todos los clubes reconocen la crucial importancia de los aficionados en generar el mejor ambiente posible en los partidos y son conscientes de los costes adicionales de viaje que los 'fans' deben asumir para seguir a su equipo fuera de casa", dice el comunicado de la Premier League.
Aficionados del Newcastle, por ejemplo, tienen que recorrer más de 450 kilómetros para seguir a su equipo a Stamford Bridge. O aficionados del Manchester City que quieran llenar la grada visitante del Saint Mary's Stadium, estadio del Southampton, tienen más de 400 kilómetros de travesía.
La medida prohibitiva de precios abusivos en las entradas supone un gran alivio para los miles de aficionados ingleses que se desplazan cada semana por todo el país. Esta norma, sin embargo, no afecta a los precios de las entradas locales, donde algunos clubes sí que venden 'tickets' por precios que superan las 70 libras.
Sea como sea, es una decisión que contrasta con lo que pasa en el fútbol español, con precios desorbitados tanto en gradas locales como visitantes y que resulta en estadios vacíos.
Ir a un partido en España tiene un precio medio de 85 euros. En la Premier es de 50 euros. Además, en Inglaterra se protege un horario que no se emite por televisión para fomentar la asistencia a los estadios.
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