Entrevista | Oriol Sallent Organizador de la Transpyr
“La Transpyr es una aventura, una misión, que se recuerda para siempre”
El director de la Transpyr, una prueba por etapas de ciclismo por montaña y carretera, explica la dificultad y el resultado final de organizar un evento en línea que cruza los Pirineos
riol Sallent haciendo de speaker durante una de las pruebas deportivas en las que participa / ©Francesc Lladó
Enric Arqués
Oriol Sallent (Barcelona, 1965) es un todoterreno en el mundo de la organización de eventos deportivos outdoor gracias a su dilatada experiencia en este sector. Forma parte del equipo organizador de la Transpyr, una auténtica travesía por etapas para los amantes del ciclismo de montaña y de la carretera. La Transpyr consiste en ir de costa (Roses) a costa (Saint-Jean-De-Luz) durante siete días en un recorrido de unos 800 kilómetros con 18.000 metros de desnivel. Toda una aventura para disfrutar con la bicicleta y del entorno natural.
La semana pasada finalizó una nueva edición de la Transpyr. ¿Qué valoración hacéis desde la organización?
Ha sido una edición que para nosotros era importante, porque cambiábamos el recorrido y había que ver como cuadraban aspectos logísticos y ver también la satisfacción del participante que se han mostrado muy contentos con la ruta que es lo más importante en un evento en línea. La satisfacción en general ha sido muy buena, hemos tenido una meteorología que no ha sido ideal, pero lo hemos podido manejar, hizo frío y llovió algunos días. En general estamos muy satisfechos, tanto de la respuesta de los participantes como del recorrido que hemos ofrecido.
Para una persona que no conozca la Transpyr, ¿cómo le explicarías que significa vivir esta prueba por etapas con la bicicleta de montaña?
La Transpyr es una prueba por etapas en línea, este es un tema muy importante porque son muy complejas de organizar, pero en esta prueba por etapas tienes una misión y un propósito que es ir avanzando para llegar a un sitio. Es un evento diferente de otros en este sentido, es único porque además el propósito es llegar al mar y esto acompaña a los participantes durante todo el viaje. Es una prueba exigente, porque hay que cruzar los Pirineos, se pueden hacer unas combinaciones determinadas, pero no pueden hacer lo que ellos quieren. Los Pirineos están ahí con sus valles, con sus montañas, con sus pueblos, con sus vistas y con sus carreteras y hay que saber adaptarse a esto. Y con una meteorología cambiante, en la cual siendo en la montaña es muy variable. Es de hecho una aventura, una misión que se recuerda siempre, porque al ser un propósito que se consigue con una exigencia determinada gusta mucho.
¿Cuándo los participantes de la Transpyr finalizan su reto por etapas que mensajes os trasladan?
Este año los participantes han finalizado muy contentos. La frase más habitual que hemos escuchado es que “no habían hecho nada igual” y muy a menudo lo que nos transmiten es que es una prueba transformadora. Están expuestos a merced de muchos retos cada día, el cansancio, la exigencia técnica, la meteorología...pero conseguirlo hace que la gente cambie, eso es lo que nos comentan.
Además, la Transpyr también se puede hacer con otras modalidades de bicicleta...
Sí, se puede hacer con la bicicleta de montaña, pero también con la de carretera y con e-bike, por tanto, son tres modalidades. Y son tres perfiles un poco diferentes, aunque tampoco tanto porque tenemos gente que ha hecho montaña y luego carretera, hay muchos aventureros por encima de todo.
¿Y es una prueba que atrae a amantes del ciclismo de otros países?
Hay un 47% de participantes que vienen de otros países, básicamente de Europa, pero este año también de Costa Rica, Méjico, Estados Unidos y El Salvador, entre otros. La gran mayoría de los inscritos son en categoría masculina de manera preponderante y tenemos un índice de repetición del 33%, es decir, que uno de cada tres participantes ya ha hecho antes la Transpyr. Un porcentaje que todavía es más alto en la modalidad de carretera. En la modalidad e-bike es evidente que son participantes nuevos, porque no hay ninguna prueba por etapas lineales de bicicleta eléctrica. Entre los españoles que se inscriben la mayoría son de Catalunya, de Euskadi, de Valencia, de Madrid y de Andalucía. Normalmente son grupos de cinco o seis personas o amigos que viajan juntos, pero lo más normal es que sean parejas e incluso algunos individuales. La mayoría se inscriben mucho antes, nueve meses antes de la prueba porque representa el reto del año.
¿La gente se imagina los meses de trabajo que supone organizar un evento de estas características?
No, en absoluto. Cuando se lo cuentas no se imaginan lo que representa. Cuando explicas que hay que pedir permisos a municipios, a regiones de dos países, a 14 parques naturales o zonas protegidas, entonces ya empiezan a ver que se trata de una organización más complicada de lo que se imaginaban. Nosotros trabajamos todo el año solo para la Transpyr. Es lo que tienen los eventos en línea, son muy complicados, sobre todo si no puedes alcanzar el origen y el final, que es el mar, y a lo otro tienes que ir adaptándote de la manera que puedas.
Hace muchos años que te dedicas a la organización de eventos deportivos. ¿Tras la pandemia dirías que los eventos outdoor han recuperado las cifras del 2019?
Sí, la COVID fue un golpe duro. Después de la pandemia algunos eventos se han recuperado y otros no. La evolución parece que vaya más hacia la organización de aventuras autoorganizadas o, aunque puede cambiar y en dos o tres años ser otra cosa muy diferente. Los participantes se inscriben más tarde y nosotros podemos decir que nos estamos recuperando. Este año ha sido bueno y estamos en cifras prepandemia, pero estamos hablando de cuatro años, pero en un evento internacional donde además hay muchos participantes que viven al otro lado del Océano, que venían de África o de Asia, les ha costado mucho más recuperarse.
¿Un organizador de eventos deportivos al aire libre debe tener alguna cualidad en especial?
Sí, hay una serie de cualidades que seguramente son importantes: la primera ser una persona muy meticulosa, precavida, una persona capaz de tomar decisiones frías en momentos de tensión y que sepa gestionar equipos que se reúnen para un momento determinado, porque no son equipos que trabajen todo el año juntos y en un momento concreto habrá un núcleo que siempre están juntos, pero el resto de los miembros del equipo acostumbran a venir solo para este evento y hay que saber gestionar esta entrada de personal en el último momento y formarlo. Y también hay que tener un alto nivel de liderazgo.
Y mucha pasión...
Sí...la organización vista desde fuera parece una especie de profesión mágica en la cual se viven momentos muy buenos, porque los malos normalmente no se ven y donde se pueden hacer cosas económicamente muy rentables, pero cada año aparecen muchos eventos que después no se vuelven a repetir, porque la realidad es que los gastos son muchos más de los que uno ve. Además, hay momentos complicados, trabajo fuera de horarios y las jornadas largas no son solo durante los días del evento, sino todo el año.
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