Entrevista | Alba Xandri y Ricard Calmet Bikepackers

“Cualquier problema pequeño puede terminar siendo un problema grande”

Alba Xandri y Ricard Calmet, aventureros y embajadores de marcas como SUUNTO, han recorrido recientemente la zona de Altai, entre Mongolia y Rusia, en bicicleta

Una imagen del viaje y de las imponentes montañas de Altai, situadas en Mongolia y Rusia / ©Ricard Calmet

Tom Morgenstern

Alba Xandri es profesora y traductora, y Ricard Calmet es bombero profesional, pero, por encima de todo, estos dos aventureros son amantes de los viajes, la montaña y el bikepacking. Entre sus muchas hazañas está la de dar la vuelta al mundo en bicicleta durante tres años, aunque su aventura más reciente los ha llevado a recorrer las imponentes montañas de Altai, situadas en Mongolia y Rusia. La historia de este viaje la podremos ver, a finales de noviembre, en un documental que estará disponible en su canal de Vimeo Bike2Reality

¿De dónde nace el proyecto Altai? 

Empezó el verano pasado, cuando viajamos por primera vez a Mongolia. Es muy grande, y queríamos llegar a las montañas de Altai, pero por cuestiones de tiempo tuvimos que renunciar...llevábamos un mes en el país, y como mínimo necesitábamos otro mes o cinco semanas más para conseguirlo, así que decidimos que no era el momento, que lo dejábamos para el próximo verano. 

Alba y Ricard, durante su aventura en Mongolia / ©Alba Xandri ©Ricard Calmet

¿Cómo se organiza un viaje de esta magnitud? 

Evidentemente no se hace en un momento, hay mucha logística detrás, sobre todo a nivel de papeleo y permisos, especialmente por la parte rusa, que también queríamos visitar. Nos tuvimos que poner con esto casi medio año antes de viajar hacia allí... Altai es una zona montañosa compartida por Rusia, Mongolia, Kazajstán y China, así que, aunque lo tengas todo organizado previamente nunca sabes si vas a poder realizarlo como lo tienes previsto.  

¿En qué sentido? 

Además de los visados también hay unos permisos especiales para moverse por la zona donde estuvimos, en el altiplano de Ukok, en Rusia, y también en Mongolia cuando estás muy cerca de la frontera rusa o china. Con un mapa delante, en casa, tú te organizas la ruta, pero hasta que no estás allí, con el oficial de turno delante, no sabes si vas a poder pasar o no...  

Además de la burocracia, ¿qué otros aspectos hay que tener en cuenta? 

Es una zona remota, muy aislada, con pocos servicios y de difícil acceso. Llegar ya es toda una aventura, y una vez allí aún más. Por ejemplo, meter la bici en un autobús ya es un problema, porque no te las dejan poner enteras, y hay que hacerlo prácticamente pieza por pieza...  

¿Cuánto tardasteis en llegar al punto de inicio del recorrido en bici? 

Cuatro días. Primero volamos a la capital de Mongolia, Ulán Bator. Desde allí tomamos un autobús, en el que hicimos 27 horas de trayecto (1.700 km), hasta llegar a Ölgii, la parte occidental del país.  

Y desde allí empezar a pedalear. 

Sí, desde Ölgii hacia la frontera rusa, para luego llegar a Kosh-Agach (primer pueblo ruso, en Siberia). Desde allí ya fuimos por pistas de tierra, en bastante mal estado, hacia Altai, a través del altiplano de Ukok, a casi 3.000 metros. Es una zona muy virgen, muy espectacular a nivel paisajístico. Ahí estábamos en nuestra salsa. Hicimos un bucle circular de unos 600 km, para luego volver de nuevo a la frontera de Rusia-Mongolia. Luego, recorrimos Altai por la parte mongola, a lo largo de toda una zona que hace frontera con China, hasta llegar a la parte más desértica. Finalmente cerramos el círculo volviendo a Ölgii, y con el mismo bus regresamos a Ulán Bator después de 1.700 km, 18.000 metros positivos de desnivel, y unas 20 etapas.  

¿Cómo os orientabais? 

A la hora de organizar el viaje siempre hacemos un trabajo importante a nivel de cartografía digital. Sobre estos mapas ideamos la ruta, o guiándonos por rutas que hayan hecho otros ciclistas anteriormente. Nosotros ya no llevamos ningún mapa en papel, así que lo que hacemos es cargar todos estos mapas en nuestro SUUNTO Vertical, que lo utilizamos en todos nuestros viajes. Este dispositivo nos permite tener acceso directo al mapa y navegar las rutas que hayamos creado en casa. Además, el SUUNTO Vertical es lo suficientemente grande como para poner en el manillar, así que nos sirve de GPS. 

El SUUNTO Vertical con el que se orientaban durante el viaje / ©Ricard Calmet ©Alba Xandri

¿Alguna anécdota? 

Varias, pero quizá la más curiosa nos pasó en la zona del Altai ruso, en una zona muy montañosa. Íbamos pedaleando, y a lo lejos vemos que nos llama un grupo de unas cuatro o cinco personas. Llevaban acampados allí unos cuatro días, porque había habido un desprendimiento y se habían quedado bloqueados. Así que nos grabaron un mensaje en ruso en nuestro teléfono, y como nosotros sí que podíamos cruzar con las bicicletas, pudimos llegar al siguiente pueblo y avisar para que los fueran a buscar.  

Está claro que no es una zona en la que te puedas permitir tener algún problema... 

No, cualquier problema pequeño puede terminar siendo un problema grande...a todos los niveles, a nivel de salud o a nivel de mecánica de bicicleta. Es uno de esos sitios en los que no puedes dejar que te pase nada...aunque siempre pasan cositas, tienes que seguir adelante.  

El viaje en bicicleta los llevó a lo largo de 1.700 km de paisajes impresionantes / ©Alba Xandri

¿Algún otro ejemplo? 

En este viaje nos encontramos con varias cosas. Primero, las tormentas, que normalmente son eléctricas, y no tienes donde refugiarte. Luego estaban los ríos, en general sin puentes, y en los que había que ir con cuidado a la hora de cruzar. Teníamos que tener en cuenta las crecidas por las lluvias, porque podíamos pasar un río, pero luego el siguiente no porque venía con mucho caudal... Así que siempre que podíamos preguntábamos a los locales, para no quedarnos atrapados entre dos ríos, sin poder ir ni adelante ni atrás... Y finalmente, el avituallamiento también fue complicado. En este viaje íbamos muy cargados, con comida para cinco días mínimo, porque no sabíamos qué nos podíamos encontrar. El agua no fue un problema, pero la comida sí que nos preocupaba. 

De esta aventura nace un documental. ¿Con qué objetivo? 

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Nos encanta hacer fotos y vídeo, en cada viaje grabamos, y nos gusta trasladar nuestra aventura, para que la gente pueda ver cómo son esos países, y sus gentes. Estamos terminando de editar el documental, que esperemos que esté listo y disponible en nuestro canal de Vimeo Bike2Reality hacia finales de noviembre.  

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