Asturias, tierra de montañas y senderos

Una ruta de senderismo muy recomendable en pleno otoño para descubrir un hayedo majestuoso es adentrarse en el Bosque de Peloño

Una imagen del Bosque de Peloño, un hayedo para disfrutar del otoño mientras se practica el senderismo / ©Flickr

Enric Arqués

Afortunadamente los amantes del senderismo tienen una gran multitud de opciones en la Península para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor. El norte de España es una de las zonas que alberga parajes majestuosos. El Principado de Asturias es un claro ejemplo. Recorrer sus montañas y sus bosques es todo un lujo. Esta semana proponemos una ruta que dejará con ganas de más a quienes la descubran. 

En el bosque de Peloño, en el municipio de Ponga, se encuentra uno de los hayedos mejor conservados del país. En el interior del Monte de Peloño, este inmenso hayedo alberga una vegetación propia, como resultado de la poca luz que dejan pasar los árboles. Los musgos y sobre todo los líquenes proliferan de manera extraordinaria. 

Hacer una ruta en Peloño es como entrar en un túnel de vegetación, naturaleza y paisaje. Se trata de un gran hayedo que se recorre por una pista de unos dieciséis kilómetros hasta llegar a la vega del Arcenorio, una gran explanada regada de cabañas de pastores y en la que sólo el ganado, los habitantes y los senderistas rompen el ambiente de serenidad que se respira. Entre la fauna de esta preciosa e imprescindible ruta encontraremos buitres, pájaros carpinteros y arrendajos. 

En el medio, la capilla del Arcenorio, y de camino el hayedo nos deja algunos claros que nos proporcionan vistas únicas de los Picos de Europa. A la llegada a la vega nos saludan un sinfín de gencianas amarillas, y en mitad del recorrido nos desviamos para visitar el Roblón de Bustiello, un gigantesco roble albar que merece la pena conocer, y en la Guaranga, apenas a dos kilómetros del Arcenorio, habremos echado la vista atrás para ver las trincheras de la guerra civil, medio escondidas por la vegetación. 

Las 200.000 hayas del bosque de Peloño nos muestran un verde intenso durante la primavera y un sobrio color pardo en la temporada otoño-invierno. Estamos ante una zona protegida como Reserva Natural Parcial, un espacio único en España, un enorme parasol que contiene la humedad atmosférica como en pocos lugares. Sus hojas caduciformes le permiten mudar el cromatismo general de todo este vasto espacio y, a la vez, desempeñar un valor ecológico primordial, porque protege el suelo contra la erosión y lo nutre con esencia orgánica. 

GUÍA PARA LA RUTA

Para hacer esta ruta primeramente hemos de ir hasta San Xuan/San Juan de Beleño, adonde se accede por la carretera AS-261 desde Cangues d'Onís/Cangas de Onís. Justo a la salida del pueblo nos encontramos una desviación a la izquierda, que es la carretera que va hasta Viegu, la PO-2, la cual seguiremos. 

Un poco más arriba, en el alto del Cabañón, observamos otra desviación hacia la derecha, que tomaremos, abandonando así la carretera. Una vez allí, ya nos encontramos en el mirador de Les Bedules, donde dejaremos el coche e iniciaremos la ruta. 

Desde este mirador se comienza a caminar por una pista de unos 17 kilómetros, que es la que se adentra en el bosque, aunque en su inicio está rodeada de pastos. Este camino se conoce como el Camín de los Arrieros y continúa hasta Collado Granceno. La pista es amplia y fácil de seguir.  

Al kilómetro y medio del inicio de la ruta, nos cruzamos con otro camino a mano izquierda, pero nosotros continuamos recto. Recorridos tres kilómetros más, llegamos a Collado Granceno, de unos 1.190 metros de altitud. En él encontramos, además de una fuente para refrescarnos, unas preciosas vistas del bosque de Peloño. Seguimos todo recto nuestro camino para adentrarnos en él.  

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Recomendamos, sobre todo, observar cada detalle del Bosque de Peloño y hacer todas las paradas que sean necesarias para disfrutar al máximo de todo su esplendor. ¡No os arrepentiréis! 

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