Empieza la era Xavi. El Barça inicia su reconstrucción con un nuevo entrenador que ha generado una sobredosis de ilusión en todos los culés. La decepción, la frustración y hasta el enfado han quedado atrás gracias al técnico que ha llegado para resucitar a un equipo moribundo. El regreso del hijo pródigo es el primer paso del nuevo círculo virtuoso. Se necesitaba un entrenador fiel al modelo para llevar a cabo la imprescindible transformación. Y no hay nadie, en este sentido, mejor que Xavi. Aportará criterio, exigencia, trabajo y, sobre todo, orgullo. No hará milagros, porque los milagros no existen. Ni siquiera en el fútbol. Pero el cambio será espectacular.
El Barça lleva demasiados años dejándose arrastrar por la tristeza y el desengaño. Los malos resultados y el mal juego se han ido acumulando hasta agotar la paciencia de unos socios y unos aficionados que exigen una revolución. Una revolución que empezó con el regreso de Laporta a la presidencia y debe culminar con la metamorfosis total del equipo. Xavi tendrá un papel trascendental en este sentido. Ya lo está teniendo. Porque en menos de dos semanas ya ha conseguido una mutación anímica que será básica para crear un Barça campeón. Los jugadores necesitaban un líder, un guía, un referente, y lo han encontrado en el nuevo entrenador. Todos se han comprometido con el proyecto. Y estoy convencido de que demostrarán que no son tan malos como parecían. Puede que no les alcance para ganar la Liga. O la Champions. Pero seguro que van a competir por todos los títulos con una intensidad que hace mucho que había desaparecido.
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Esta noche, ante el Espanyol, en un apasionante derbi, el nuevo Barça debe empezar a mostrar esa transformación. A pesar de las numerosas bajas, los blaugranas deben salir al campo con mentalidad de campeones. Cada partido, hasta el último de esta compleja temporada, será una final. Y en cada encuentro, los jugadores tienen que demostrar que están a la altura del escudo que llevan en el pecho. Xavi aportará la estrategia y las innovaciones tácticas. También la motivación y el estilo. Pero los que deben arrasar en el césped son los futbolistas. Ellos son los que deben ganar, los que deben ser superiores a los rivales, los que deben marcar los goles, los que deben aparcar los miedos y sentirse, otra vez, capaces de vencer a cualquiera. La nueva era del Barça, la era Xavi, empieza esta noche. Y debe hacerlo con un triunfo. Hay urgencias y no se puede fallar.