La desesperación obliga, a veces, a tomar decisiones desesperadas. Y eso es, justamente, lo que le ha ocurrido al Barça con Umtiti. La renovación del central solo puede explicarse como lo que es: una maniobra para aumentar el ‘fair play’ financiero y poder inscribir a Ferran Torres. Umtiti alarga su contrato hasta junio de 2026 y cobrará en cuatro años y medio lo que tenía que cobrar en uno y medio, con una rebaja añadida de un diez por ciento. Deportivamente, mantener al francés no tiene ningún sentido. Es más, se le sigue buscando salida en este mercado de invierno en forma de cesión. Pero económicamente es la única vía que, después de muchos meses de negociación, se ha encontrado para reducir masa salarial.
Este tipo de malabarismos son una consecuencia nefasta de la herencia recibida. Sí, la famosa mochila que ha dejado al Barça atado de pies y manos y que le obliga a realizar estas operaciones indignas de un club de élite. Pero es lo que hay. Lo tomas o lo dejas. Esta renovación de Umtiti se puede disfrazar de ‘fórmula imaginativa’ pero en realidad es una chapuza que demuestra la crítica situación en la que se encuentra el club blaugrana por culpa de la pésima gestión de Bartomeu y sus ejecutivos. Y puede que no sea la última, porque todavía hay casos pendientes de resolver, como los de Sergi Roberto (renovación a la baja) y Dembélé (traspaso o, incluso, carta de libertad), antes de que acabe el mes de enero.
La ‘bomba Umtiti’ no tiene, sin embargo, que empañar la gran noticia de ayer: el regreso de Ansu Fati a una convocatoria. Dos meses después de su recaída, el delantero canterano vuelve para participar en la Supercopa de España. Xavi ha preferido ser muy prudente con la recuperación de Ansu. No ha querido caer, de nuevo, en la precipitación y si está en la lista es porque se encuentra en condiciones de jugar contra el Madrid. No sé si de titular, pero sí como alternativa.
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El delantero ha vivido su particular ‘annus horribilis’ durante el 2021 y todo el barcelonismo espera que pueda volver a ser aquel futbolista descarado y desequilibrante que tanto necesita el equipo blaugrana. Sus determinación, su talento y sus goles son vitales para que el Barça siga creciendo. Como también lo serán la clase de Pedri y la calidad de Ferran Torres, que ya han superado el maldito coronavirus y viajan a Arabia Saudí. Tres refuerzos de lujo para afrontar la decisiva segunda parte de la temporada.