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Recuperando a Dembélé y Griezmann

OPINIÓN

Osumane Dembélé celebró su titularidad abriendo el camino de la victoria del FC Barcelona ante el Juventus / | sport

Koeman fue fiel a su sistema y a su personalidad. 4-2-3-1 con Pedri y, lo más significativo, con Griezmann y Dembélé. Con los dos delanteros franceses en el centro de las críticas y después de una derrota en Liga contra el Madrid, más valiente no se podía ser. Si le salía bien, perfecto; pero si le salía mal, le hubieran caído bofetadas por todos los lados. Máxime si hacer sitio a los dos cuestionados, comportaba dejar en el banquillo a Ansu Fati. Salió bien, muy bien diría yo. Dembélé y Griezmann agradecieron la confianza a su técnico dejándose la piel en el campo, presionando a los defensores italianos y sacando la calidad que tienen. A los dos minutos, Griezmann ya había estrellado un balón en el poste y al cuarto de hora, Dembélé adelantaba al Barça con un gol previo rebote en Chiesa, lo que no quita que fuera un golazo, por el recorte a su marcador, por cómo se acomodó el balón y cómo buscó y ejecutó el remate. Este es el Dembélé que queremos. También el Griezmann de ayer se reivindicó. Activo, asociativo y acertado, fue felicitado por Koeman al sustituirle. Gran detalle, para que no queden dudas.

ESPERANZA. 

Fue la noche de Antoine y Ousmane, por venir de donde venían, pero también una noche para la esperanza sobre el juego del equipo. Koeman hablaba el día anterior de encontrar el equilibrio y lo encontró con un buen juego posicional, velocidad de circulación y una mayor verticalidad. Y así se crearon más ocasiones que nunca y el marcador pudo y debió ser más amplio. Goles anulados a Morata al margen, hasta tres y todos por fuera de juego, lo cierto es que el Barça fue muy superior y dejó detalles muy reveladores. Los colectivos ya están enumerados, los individuales, además de Griezmann y Dembélé, han de incluir forzosamente a Pedri, que sigue creciendo a un ritmo extraordinario. Este triángulo y su asociación con Messi, gran generador de juego, firmó la rotunda superioridad barcelonista. Y, cómo no, también apareció Ansu Fati, que jugó poco pero fue determinante provocando el penalti del 0-2. En definitiva, este es el camino, en este Barça sí se puede creer. Esperemos que dure.