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Que la realidad no te estropee una buena noticia

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Así fue el debut de Messi / | SPORT.es

Por mi parte, quiero empezar a pasar página sobre la salida de Messi del Barcelona, pero también me gustaría que quedaran claras algunas cosas sobre las que se han echado muchas sombras de dudas. Se han contado versiones muy contrapuestas sobre la negociación y las causas de la salida y muchas de ellas no parece que se ajusten a la realidad. Nunca se pidió una prima de renovación. Tampoco figuraba una petición de una comisión para el padre del jugador como se dijo. Sería absurdo cuando se habían aplazado importantes cantidades del último año que no se podían hacer frente con la pandemia, o cuando el club debe al futbolista cerca de 50 millones de euros. El tema del salario del jugador fue lo que menos debate generó. El club le pidió una rebaja del 50 por ciento de su ficha y este accedió. Nada más. No se volvió a hablar del salario. Y eso era inicios del mes de mayo. Acuerdo total. Messi regresó de vacaciones convencido de que iba a firmar y se encontró con que el club, con buenas palabras, le hizo ver a su padre que no podían afrontar esa operación económica de cerca de 200 millones. Ni una mala palabra, ni un grito, ningún plato roto ( como algunos hicieron correr el rumor). La decepción de Messi vino por la incredulidad y sorpresa del cambio. De ahí la frialdad del saludo con el presidente y Rafael Yuste el día de su rueda de prensa de adiós.

Se ha dicho que Messi tardó poco en cerrar su importante acuerdo con el PSG, lo cual no es cierto. A la mañana siguiente de la bomba de la ruptura de las negociaciones Leonardo, director deportivo del equipo francés telefonea a Jorge Messi para confirmar que el astro rosarino está en el mercado, y desde ese mismo instante pone toda la maquinaria a trabajar por expreso deseo del propietario del club parisino para hacer realidad el fichaje. Fueron seis días de negociaciones a toda velocidad para acabar sellando el contrato. De haber tenido avanzado el acuerdo para el PSG, Messi debería tener ya una casa en París, pero no, no es el caso. Aún busca domicilio en la capital de Francia a pesar de llevar más de un mes allí.

Messi siempre quiso quedarse. Sus lágrimas en el adiós eran sinceras. Lágrimas de rabia y de impotencia. Lo que sería triste es que después de tantos años siendo el símbolo del club, una parte del barcelonismo renegara de su historia, brillante y hermosa historia. Messi es del Barcelona, patrimonio del Barcelona. Por estas circunstancias económicas ha firmado por el PSG, pero es y siempre será del Barcelona y cuando se retire debe ser identificado inequívocamente como símbolo del barcelonismo. Lo contrario sería traicionar la historia y olvidar tantas noches de gestas y alegrías. Y eso no, eso no lo deben permitir los culés. Porque Messi siempre será suyo.

Economía de guerra, incluso para Laporta

Desde la llegada de la junta directiva de Laporta al club se ha impuesto una auténtica economía de guerra. Austeridad máxima. Y doy fe de ello. Coincidí en el aeropuerto con el presidente que viajaba a Torrelavega a la final de la Supercopa de balonmano. Laporta viajaba solo, sin cohorte y sin nadie prescindible. La mínima expresión de un viaje presidencial.

Di María y Paredes han ayudado a Messi

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Podría parecer un vestuario complicado, pero cuentan que el del PSG es mucho más normal de lo que se intuye. Ramos, Neymar, Di María, Mbappé y Messi conviven en escasos metros cuadrados con tanta naturalidad que sorprende a propios y extraños. El hecho de que estén compatriotas como Di María y Paredes ha ayudado mucho a Messi a integrarse.