El Barça 2017-18 nace con muchas incógnitas. Los optimistas insistirán que mientras el tridente aguante, el Barça siempre estará arriba. El resto, cada vez más, replicarán señalando la falta de criterio deportivo para remodelar una plantilla que necesita una notable dosis de dinero bien invertido. Y añadirán, que el Barça carece de lo uno y de lo otro. En medio, una cara nueva, la del deseado Ernesto Valverde -y digo deseado porque lleva años en la agenda-. El técnico debe aportar ilusión en el terreno de juego y sentido común en los despachos -como mínimo en el área deportiva-. Valverde es el técnico, y solo debe ser eso, un entrenador. Nada de paraguas ni parapetos. Que cada uno aguante con sus errores y escándalos.
Entre el proyecto y el paraguas
OPINIÓN
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