Hace unos días hablábamos de la importancia de la fecha de 2021 para fabricantes y clientes. La norma de emisiones de los 95 gramos, los 95 euros por gramo superado de media y las multas millonarias a las marcas porque pocas llegarán a esas cifras, auguran un encarecimiento de los coches a partir de ese momento (si no llega antes en 2020).
Todos los fabricantes tienen claro que o se baja el nivel de emisiones o algunas marcas deberán a empezar a pedir el tiempo de descuento. Pero como suele suceder siempre que Murphy sale a pasear, lo de 2021 no será el único escollo con el que se va a topar el sector del automóvil.
La Unión Europea es como Harry Potter y ha sacado la varita mágica de legislar a pasear, y para 2022 ya ha anunciado una serie de requisitos obligatorios que deben cumplir los coches nuevos para poder ser comercializados en Europa.
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Detectores de cambio de carrill, de peatones, de marcha atrás, de somnolencia, de distracción, anti-alcohol, asistente de velocidad inteligente, caja negra, alerta cinturones traseros, frenado de emergencia. Todo esto será obligatorio. ¿Quién lo pagará? Me da que las marcas no van a ser. Lo dicho, éramos pocos... y parió la abuela.