El Barça está dispuesto a pelear esta Liga hasta el final. No tira la toalla por más que el VAR y los árbitros echen una mano tras otra al Madrid. Su coraje es admirable aunque luche al límite de sus fuerzas. En la segunda parte le pesan las piernas y acaba pidiendo la hora. A estas alturas, jugando en pleno mes de julio, no se puede pedir más que cumplir el expediente. Un solitario gol de Arturo Vidal sumó tres puntos que vuelven a poner emoción al campeonato. La victoria en Valladolid presiona al Madrid, que en Granada tiene un escollo difícil a la vista. No hay nada perdido pero no debemos olvidar que el título está hoy en manos de los blancos.
Cuando en el Barça brilla mas Ter Stegen que Messi, algo anormal sucede. El portero alemán se ha convertido en un jugador clave. Da seguridad a su defensa y salva remates que llevan sello de gol. Es su trabajo, de acuerdo, pero toca reconocer que lo hace muy bien. Frente al Espanyol ya fue para muchos el mejor del Barça y ante el Valladolid volvió a mostrar unos reflejos y una seguridad admirable. Por el contrario, vimos a un Messi espeso, cansado, sin los recursos que lo hacen imparable para las defensas contrarias. Da la sensación de que el argentino necesita rotación aunque no le guste estar en el banquillo.
Jugar cada cuatro días le pasa factura, al igual que a Luis Suárez, que ayer salió en la segunda parte. No sabemos si Setién se atreverá a prescindir de Messi por todo lo que significa. Esta claro que si lo hace será previo pacto hablado cara a cara. Dos victorias consecutivas en campo contra- rio permiten seguir a rueda del Madrid, que ha ganado todos los partidos después de la pan- demia. El coraje que muestra el equipo es ad- mirable aunque corre el riesgo de que esta reacción llegue tarde. El Barça tiene que lu- char mientras haya esperanza, pero al mismo tiempo tiene que preparar el plan de cara a la Champions.
Será la reválida final de curso, la posibilidad de sacar nota y borrar las decep- ciones de esta campaña. Ganar al Nápoles en la vuelta pendiente de octavos, aunque no se- rá fácil, parece obligado tras el empate a uno conseguido en la ida. Otra cosa sería un ma- zazo que le costaría la cabeza al entrenador. Estamos viviendo un final de temporada ab- solutamente atípico. Decidir LaLiga en julio y jugar la fase final de la Champions en agosto, no se volverá a repetir. Al Barça le puede beneficiar ju- gar cuartos y semifinales a un solo partido. Aunque tenga que enfrentarse al Bayern y al Manchester City, que ins- piran respeto y temor.
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Palabras y hechos. Lo fácil es hablar y lo difícil es cumplir. La distancia entre las pala- bras y los hechos en el Barça a veces es grande. Se dicen cosas que no cuadran con la realidad. Se expresan deseos que no se cumplen. Se hacen declaraciones que se lleva el viento. Se prometen cosas que quedan en sueños. La verdad es que hemos vivido una temporada atípica difí- cil de calificar. Pero lo más importante ahora es que to- davía puede acabar bien. Perder LaLiga en la última jornada no debería ser un drama si el equipo después es capaz de dar la talla en la Champions.