Llegó el día, llegó el momento de saber si el Barça vence (y convence) en la final de la Copa del Rey o se reabre la herida de Liverpool. Da la impresión de que hay poco que ganar y mucho que perder y, quizás por eso, el Barça sacó a Leo Messi y Gerard Piqué en la rueda de prensa previa.
Si el medio es el mensaje, la comparecencia del crack argentino es toda una declaración de intenciones, de modo que la Copa es una prioridad. Fueron 22 minutos y 40 segundos de declaraciones, un total de 21 preguntas de las cuales sólo 3 para Piqué que, por cierto, estaba mucho más serio que Leo.
GLOBALMENTE SE MANDARON dos mensajes, uno externo y otro interno. A los aficionados se les pidió disculpas de todos los modos posibles, sólo les faltó hacer la vertical puente: “el míster hizo un trabajo impresionante, fue lamentable el partido que hicimos, la imagen que dejamos, te puede pasar un año pero no dos, fue un golpe durísimo”. Y al vestuario se le informó sutilmente de que no puede haber más desastres “no podemos volver a cometer ese error”, dijo.
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Pero a quien se le debió helar la sangre fue a Ricardo Rosety, de GOL, cuando preguntó sobre el fichaje de Griezmann. “No opinaremos”, sentenció con una mirada fulminante Messi en el único momento tenso de la comparecencia. Antoine, espero que los billetes de avión para Barcelona sean reembolsables.