Llueve sobre mojado. Literal y literiaramente. El barcelonismo fluctúa entre las presentaciones festivas del nuevo entrenador y el retorno de uno de los mejores laterales de la historia y las malas noticias en forma de resultados deportivos, económicos y médicos. A la lluvia de bajas intermitentes se suma la inquietud por el Kun Agüero, una pieza clave en la reconstrucción a corto plazo de este Barça. No se acaba de incorporar uno que vuelve a caer otro. Xavi tiene el diagnóstico claro pero pocas medicinas por lo que, de momento, va tirando de la psicología que es buena, bonita y barata.
Las alegrías, cuando llegan, soy de la opinión que hay que celebrarlas y congratularse de la excelencia que uno tiene. Huérfanos de buenas noticias, cuando el FC Barcelona cuenta en sus primeros equipos de fútbol profesional con jugadores y jugadoras que copan los podios, es más necesario que nunca felicitarse por ello. Lástima que el Golden Boy conseguido con 199 históricos puntos por Pedri haya opacado un poco el Golden Woman Player de Lieke Martens, competido hasta el final con su compañera Jenni Hermoso. También el The Best es azulgrana con la misma Jenni, Aitana Bonmatí, Caroline Graham Hansen y Alexia Putellas. Sigue vigente el triplete del Femení y en pocos días es muy posible que llegue el primer Balón de Oro de una jugadora de fútbol del club. “Menos mal que las tenemos a ellas”, suspiran a la par que reconocen algunos, sólo algunos, en los despachos. En medio de la tempestad, la calma la proporciona un equipo que, más allá de esos tres títulos de la pasada temporada, sigue sumando triunfos y goleadas en la Liga y en la UWCL. Es oro todo lo que reluce y hay que salir con todo el joyero a la calle. Ellas lo merecen.
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El premio de Pedri, un jugador al que día sí y día también tantean los intermediarios, es tan merecido como caro. Llegar a lo más alto a su edad es porque ha lucido con todo su esplendor en el Barça, en la selección absoluta y en la olímpica. Tremendo despliegue de medios que ha pasado factura y ayer echamos de menos ante el Benfica. Cuando Xavi le dio el sí a éste su Barça, era tan consciente de las ausencias como de las presencias. Loar a Pedri en su presentación no era necesario. Ahí está y los premios y los estamentos lo certifican y lo aplauden. Decir que Dembelé era un jugador irrepetible, suponía un antidepresivo para el francés y para los demás. Ambos son oro. Ojalá su luz disuelva las sombra.