La actuación de todo el Barcelona en los últimos ocho días ha sido enormemente decepcionante. Se ha dicho adiós prácticamente a tres competiciones en una semana. Es evidente que hay que buscar responsables, que hay que buscar razones de los errores, muchos, que se han cometido y encontrar soluciones para reconducir un camino que parecía muy claro hace poco más de dos años.
Habrá que analizar con calma porqué esta plantilla ha perdido competitividad y se ha desgastado sin irla reforzando hasta llegar a un punto en que los mismos jugadores siempre han tenido que tirar del carro.
A la hora de señalar, muchos apuntan a Messi como principal ausente en los momentos decisivos de la temporada. Es cierto que Messi no ha estado a la altura de lo previsto en ninguno de los tres frentes. Y se trata de buscarle una explicación. Messi parece como bloqueado. Muchos hablan de que solo está pensando en el Mundial, olvidando que de la noche a la mañana no es fácil ponerse a punto y recuperar sensaciones. Podría tener miedo e inseguridad por caer lesionado al ver como otros, Diego Costa, Ibrahimovic, Cristiano Ronaldo, han dado con sus huesos en la enfermería en este duro final de temporada. Y sería humano, el temor a volver a caer lesionado y el calvario que vivió desde marzo del año pasado. Algunos incluso apuntan a diferencias con la directiva, algo que me parece triste al convertirlo en algún tan simple como que a estas alturas grandes cracks se puedan mover por dinero anteponiendo su propio prestigio. Es ridículo. O se puede pensar que su entrenador no ha sabido motivarle, rodearle bien o sacarle el máximo rendimiento. No es fácil averiguar qué ha podido pasar.
La realidad es que el Barcelona tiene que recuperar a Leo. Tiene que volver a verle sonreír en los terrenos de juego, contagiar a sus compañeros y liderar como solo él ha sido capaz de soportar en ese menudo cuerpo todo un club llevándole a la cima del fútbol mundial. Él fue el gran hérore y ahora es el gran señalado. Es el fútbol. Un fútbol que parece que casi no tiene pasado ni memoria. Que vive al día y que lo borra todo rápidamente.
Ya hay quien pide la venta del argentino para reconstriur un nuevo Barça, grave error. Messi merece el respeto máximo de todos los barcelonistas y de aquellos que aman el fútbol por tantas y tantas noches de espectáculo grandioso y de alegrías sin final.
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Primero habrá que encontrarle una explicación al bajón en el rendimiento del rosarino que hace solo unas semanas volvía a marcar las diferencias con un espectacular ‘hat-trick’ en el mismísimo Santiago Bernabéu. Y una vez detectado el problema buscarle una solución. Hay que recuperar al mejor Messi, ese genio prodigioso que aún será capaz de volver a aguantar un nuevo proyecto de futuro del barcelonismo. A liderar un nuevo Barça de leyenda. “Tú eres Messi y sobre este futbolista edificaré mi equipo” habría de decirse en lenguaje casi bíblico. Porque aunque ahora lo parezca Messi no es un problema, Messi es la solución y si no hagan memoria, es gratis y disfrutarán.