Messi se merece cada céntimo que gana. Los 555 millones de euros brutos que le paga el Barça por cuatro temporadas son mucho dinero. Muchísimo. Pero aún es más lo que genera el crack argentino para el club blaugrana. Los expertos estiman que gracias a Messi el Barça ingresa más de 300 millones anuales en patrocinios y merchandising.
Me parece absurdo entrar, pues, en un debate sobre la justicia del sueldo de Messi. Porque no hay debate. Por eso aún es más grave que desde el club se filtre el contrato del futbolista a un medio de comunicación claramente antibarcelonista con el único objetivo de hacer daño al jugador. Eso sí es un escándalo. Porque se vulnera la confidencialidad del acuerdo y porque se busca ensuciar la imagen del capitán blaugrana.
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Hace bien Messi en presentar una denuncia contra el periódico que ha publicado su contrato. Y hace bien en hacer extensiva esa denuncia a todas aquellas personas de la entidad que hayan sido culpables de una filtración irresponsable. Messi quiso irse del Barça el pasado verano (renunciando, por cierto, a todos los beneficios de ese contrato que le ofreció, sin él pedirlos, el mismísimo Bartomeu) porque estaba harto del trato recibido por parte de la junta directiva y de su malévolo entorno. Ahora que parece que Messi está dispuesto a seguir si el nuevo presidente le presenta un proyecto deportivo (no económico, deportivo) ilusionante, vuelven a aparecer las maniobras interesadas en desestabilizarle. No tiene ningún sentido. O sí lo tiene: quieren que Messi se vaya. Lamentable. Porque Messi ha sostenido al Barça durante más de una década y no se merece este trato deleznable. Y menos que le acusen de ser el responsable de la ruina del club. Si el Barça está arruinado no es por culpa de Messi, sino de sus pésimos gestores. Por cierto, ¿quién lideró la victoria del Barça de anoche ante el Athletic? Messi, claro...