Opinión
A Messi no le toma el pelo ni Dios: El gran ausente del 125 aniversario
Messi, reaccionando a las tres versiones del Cant del Barça / SPORT.es
Ayer se inició una campaña de presión para que Leo Messi acuda a la gala de los 125 años del Barça; desde algunos medios se utilizó esa técnica tan antigua como tramposa de pasarle el marrón a quien no le toca.
Ese juego psicológico que trata de vender una falsedad con el argumento de “como es tan buena persona y sabe separar lo personal de lo institucional, va a venir a la gala”, pues si ¡menudo marrón! Ahora que no viene, los que se creyeron la noticia van a pensar que no es ni buena persona ni que sabe separar lo personal de lo institucional. Así se pone a alguien entre la espada y la pared. Pero esta artimaña parece no haber ni siquiera inmutado al bueno de Leo, que como era de esperar, no ha cedido a tales presiones. Como le va a inmutar este juego infantiloide a alguien que lo tiene todo y que ha demostrado -y demuestra continuamente- su amor por el Barça.
Un Barça, que, por cierto, en uno de los videos conmemorativos de este aniversario, dejó fuera al argentino aún habiendo accedido a participar en él. Curioso ¿verdad? Pues eso, que aunque a todos nos gustaría que viniera a la gala, no hace falta que lo haga para mostrar el respeto y afecto al club de su vida que todos, o la mayoría, sabemos que tiene. A quien le hubiese gustado mucho que viniese, el que estaba dispuesto a todo porque eso ocurriese, era al presidente Joan Laporta, persona por la cual Messi no va a acudir a la tan ansiada celebración. Joan debe de estar devastado por la noticia, quizás hasta debe haber puesto algunas velas a la Moreneta para que, en un hecho inesperado del destino y por voluntad de la tan querida virgen, cuando ya nadie lo espere ni se lo espere, Leo entre por la puerta del Liceu para que así el presidente pueda hacerse la tan ansiada foto para vender una falsa reconciliación. Visto el poder de la virgen, no lo descarto, cosas más extrañas se han visto.
Pero seamos sinceros, por muy dolidos que podamos estar algunos culés por la ausencia del mejor jugador de la historia, es comprensible que este no se deje tomar el pelo por alguien que quiere sacarle provecho personal y partidista. Leo lleva muchos años disgustado, lo vimos en sus lágrimas el día que nos dejó, primero por la estafa de su renovación y un tiempo más tarde, por la vendida de humo de su posible vuelta al club cuando todo el mundo sabía que era una quimera inalcanzable. Leo Messi, su familia y sus amigos no están dolidos con el Barça, están dolidos con el presidente y más allá del miedo a sentirse utilizado en esta gala, puede llegar a pensar que se le quiere dar un homenaje en el lugar y momento que no tocan a beneficio de algunos.
Messi estará presente de forma distinta, porque lo está en todo lo que incumbe al Barça aunque su presencia no sea física y Leo estará cuando realmente toque; el día que se le dé el homenaje que merece el mejor jugador de la historia del club y del fútbol, solo así podrá curar la herida y secarse las lágrimas de esa despedida ruin e injusta que vivimos hace unas temporadas. Si la Moreneta no dicta lo contrario, sospecho que deberemos esperar hasta entonces para homenajearlo como merece.
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