El Barça fue de menos a más y ofreció una notable mejora con respecto a partidos anteriores. El partido arrancó intenso, con dos equipos que quieren tener el balón y no renuncian a atacar. El Barça tal vez gozó de más acciones de peligro, la mayoría de Ferran Torres, que no acertó, y en cambio sí lo hizo Zielinski, en un doble remate.
El primero, rechazado extraordinariamente por Ter Stegen, pero no pudo hacer nada el portero alemán en el segundo tras el rechace. El jugador polaco del Nápoles siguió la jugada, pero algunos azulgranas se quedaron estáticos sin reaccionar.
El Nápoles ofreció buena imagen, sobre todo en la primera parte: defendió bien y cuando tuvo la oportunidad de crear peligro a la contra, lo hizo. No estuvo mal el Barça en la presión: recuperó muchos balones, pero la tendencia del equipo siempre fue buscar a Adama por la banda, para intentar desequilibrar. Spalletti tenía claro cómo neutralizar a Adama, con Koulibaly haciendo coberturas a Juan Jesus, intentando siempre el dos contra uno.
Si la primera parte estuvo igualada, en la segunda el Barça fue muy superior: encerró al Nápoles que apenas pudo salir a la contra. El equipo de Xavi hizo méritos para marcar varios goles. La salida de Gavi y de Dembélé encendió aún más el partido de un Barça que a pesar de no ganar, hizo una gran segunda parte.
NOTICIAS RELACIONADAS
Mención aparte merece Ferran Torres: fue el autor del gol, asumiendo la responsabilidad del penalti, pero en realidad tuvo una noche negra en los remates a puerta. La eliminatoria sigue muy abierta, pero la lectura positiva es que el Barça ofreció una imagen muy mejorada con respecto a sus partidos anteriores.