Nada que objetar a la lista de Valverde. Al contrario, creemos que hasta podría haber concedido descanso a algún jugador más (Jordi Alba, por ejemplo), pero más que suficiente es que el técnico no se haya llevado a Huesca a Messi, Rakitic y Busquets. Eso demuestra que en el vestuario ya no están para tonterías con la Champions.
Con la Liga casi en el saco, es el gran objetivo, la gran obsesión y no se trata de repetir el error de hace un año cuando no se reservó a nadie antes de afrontar el infausto partido de Roma. Una gran decisión la de Valverde y el momento para que Boateng, Murillo, Todibo y compañía demuestren que merecen estar en el Barça.
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También para que Malcom siga en su línea ascendente y Dembélé tenga los primeros minutos tras la lesión. Tener a la columna vertebral descansada y a la segunda unidad en estado de alerta ayudará a que el martes se alcance, por fin, la primera semifinal desde 2015.