Se cree que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad, máxima que se pudo comprobar este jueves durante la entrega de la Bota de Oro a Luis Suárez. Lo mejor de la ceremonia, que se pudo seguir en directo por Barça TV y Esport3 entre otras, fue su brevedad y la presencia del uruguayo. Se trató de un acto demasiado sobrio, tanto que incluso en el momento de la entrega del trofeo ni se molestaron en poner una fanfarria. Este silencio le restó épica y estuvo en el límite de ser incómodo. La realización televisiva fue básica y una mejor iluminación sobre Suárez cuando se oscurecía la sala para proyectar videos, hubiera permitido captar mejor su rostro emocionado. Sí que vimos perfectamente las reacciones de Messi, Busquets e Iniesta y la de su mujer e hijos. De hecho, fueron Benjamín y Delfina quienes subieron al escenario para entregar el trofeo a su padre y justamente Benja fue el protagonista de una anécdota muy reveladora. Al ser preguntado Luis sobre qué le dicen sus hijos cuando vuelve a casa sin marcar, como sucedió contra el City, respondió “me preguntó por qué no había hecho gol pero estaba contento porqué el vecino (Messi) había marcado tres, él lo conoce y se pone contento”. El niño es listo. Por cierto, que el director de Marca fue exquisitamente amable “esos títulos del Barça que completan una época sobresaliente”. La Central Lechera aprieta pero no ahoga.
Los hijos de Suárez ya saben quién manda
OPINIÓN
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