Así ha hecho Xavi su revolución en el Barça

Rueda de prensa de Xavi Hernández / EFE / Enric Fontcuberta

Joan Mª Batlle

Diez puntos de doce, once goles en cuatro partidos, siete en los campos de la Real Sociedad y Sevilla, dos equipos de nivel de la Liga y, en consecuencia, terrenos resbaladizos cuando se visitan. Sólo un gol en contra. A excepción del primer partido ante el Rayo en el Camp Nou, todo le ha salido bien al Barça de Xavi y las ideas del entrenador han fructificado. Aquel maravilloso golpe de efecto en Anoeta situando a cuatro delanteros sobre el campo, con un doble "9" Lewandowski - Ansu Fati y asumiendo mil riesgos en defensa, ya ha quedado para los anales de esta Liga. El éxito que acompaña a la revolución de Xavi en solo tres meses es algo que también quedará escrito en los libros de historia. Digo tres meses como podría decir algo más, pero, en cualquier caso, siempre más que las tres semanas que llevamos de competición. 

CAMBIO DE CICLO. El cambio de ciclo es algo que se inició nada más llegar Xavi a Barcelona en noviembre del año pasado. Entonces tomó soluciones de emergencia: Abde, Jutglà, el regreso de Alves y el mercado de invierno con Ferràn, Aubameyang y Adama. Solo Ferràn Torres era un refuerzo con vocación de futuro. Salió mínimamente adelante, aunque sín títulos, pero con la convicción de que sabía a lo que quería jugar y con quiénes quería jugar. Piqué y Alba ya no estaban en su hoja de ruta y afrontó de cara la situación. Y dio la lista de fichajes, sí, porque todos los fichajes son suyos, aquí no se ha movido nada sin su consentimiento. La prueba es Dembélé. Solo le quería él. Exigió su renovación mientras insistía en Raphinha, que después de renovar a Dembelé podía pensarse que era tirar el dinero. Acertó. En su cabeza estaba el tridente Raphinha, Lewandowski, Dembélé. Dos flechas y el mejor rematador. Y luego, Koundé, el mejor central para olvidar a Piqué, además de posible lateral también eficaz. Por cierto, a los laterales les ha dado una vuelta de rosca espectacular, que ya tocaba. Cada fichaje y cada decisión responde a una idea clara e innegociable. Así ha hecho Xavi su revolución, que es suya y de nadie más, aunque sin la determinación de Laporta y la capacidad de gestión de Mateu Alemany no hubiera sido posible. 

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