Bartomeu, que presumía de modelo en Harvard, multiplicó por diez la deuda neta en cuatro años, la disparó hasta los 1.173 millones, dejó contratos troceados, presuntas actividades delictivas y un modelo salarial de pirámide invertida: contratos largos para veteranos y cortos para jóvenes.
Urge una acción de responsabilidad. No puede quedar impune.