Opinión

Harto ya de estar harto

Lewy marcó ante la Real, pero su gol fue anulado por el VAR de forma injusta / Valentí Enrich

Como decía el poeta: “Harto ya de estar harto ya me cansé, de preguntar al mundo por qué y por qué” … Y ahí estamos todos, hartos de estar hartos viendo como la historia se repite una y otra vez, y a diferencia de la ignorancia que muestra el cantautor en su letra, un servidor, desgraciadamente, no hace falta que le pregunte al mundo el porqué de las cosas, ya que sabe perfectamente la respuesta.

Pregunté siendo un nieto al abuelo, siendo un hijo, al padre, siendo un padre, al hijo, y algún día… Lo preguntaré siendo un abuelo al nieto, y aun sabiendo la respuesta lo seguiré preguntando hasta el fin de mis días: ¿Por qué, como club, y por qué representando con humildad, pero también con gallardía y orgullo lo que el Barça representa, no aceptan nuestra esencia, nuestra diferencia y no aceptan nuestra excelencia si la alcanzamos?

Harto ya de estar harto, el domingo se dio de nuevo lo que he vivido tantas veces… Lo he vivido en la infancia, en la adolescencia, en la juventud, en la madurez, y sé, desgraciadamente, que, llegado el día, lo viviré en la vejez. Hablamos de una rueda incesante, eterna e infinita de mentira y engaño, hablamos de adulteración impertérrita e indisimulada del presente y de la realidad, hablamos de mentir y engañar a un club, a un pueblo, a un deporte y a la afición de un país sin el más mínimo rubor.

Señores, el domingo, la máquina, la tecnología y el software del VAR aplicado al control arbitral no falló. Dejemos de ser unos hipócritas y unos mierdas al servicio sistémico del espectáculo y condenemos lo que ya todo el mundo presentía y hoy se puede confirmar: No permitirán que una docena de chavales imberbes con el escudo grabado, no en la camiseta, sino en el corazón, alcancen el sueño de enamorar y seducir a un país y de reducir al ridículo al monstruo nauseabundo, deforme, blanco y prepotente del poder y del dinero.

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Algunos cuentan que el Barça hubiese perdido igualmente, yo no lo sé, otros que no chutó a puerta… ¡Mentira! Chutó y marcó, y los de más allá que hubiésemos perdido de todos modos…. Lo cierto, lo único cierto, es que la manipulación y el embuste planearon a sus anchas por Anoeta hasta alcanzar su objetivo. ¿Y ahora qué? Y aquí hay dos posturas claras, diferentes y enfrentadas. Una, la más conocida y utilizada a lo largo de la historia: callar, bajar la cabeza y seguir adelante sin hacer ruido, y la otra, en la que yo me fusiono y abandero sin matices: levantar la barbilla, mostrar los dientes y mirar con la penetración de un felino al enemigo, gritando: ¡No pasarás, cretino!