Hasta ahora Erling Haaland ha sabido dar pasos acertados en su carrera. Primero en el Red Bull Salzburg, conocido por fichar talentos emergentes, mejorarlos y venderlos. Y después en el Borussia Dortmund, un escalón por encima del Salzburg, pero con una política de fichajes similar: comprar joven y vender caro.
A sus 19 años tiene margen de mejora y va camino de convertirse en un futbolista más completo de lo que revela su físico, porque con esa altura es difícil manejar movimientos técnicos que él domina. Está claro que está destinado a un grande. Pero de momento ha medido bien su carrera. Y viendo su trayectoria, por equipos donde su formación ha ido acompañada de minutos, en su elección primará un club sin gran competencia para tener regularidad. No es lo mismo estar en un grande como el Dortmund y jugarlo todo, que en un súper grande y ser suplente.
Si yo fuera uno de esos súper grandes, pongamos el Barça, me encantaría que Haaland fuera uno de mis dos 9 puros de plantilla en un 4-3-3, alternando titularidad con otro punta o a modo de revulsivo. Pero dudo que el noruego aceptara ese rol. Tendría que competir con Suárez o Lautaro si finalmente acaba en el Camp Nou. Pero a mí me encaja en el Barça, porque aportaría algo diferente: juventud, altura, velocidad y un instinto ‘killer’ que ayudaría a animar y variar considerablemente la cuenta de anotadores. Yo soy partidario de tener en plantilla delanteros con diferentes características para aportar soluciones alternativas a los partidos que se atascan. Incluso para situaciones con dos atacantes en el campo. Lautaro sería un seguro de vida -internacional, conoce a Messi, ya está en la cima- y Haaland el complemento ideal. Tener dos delanteros de 23 y 19 años, respectivamente, sería un paso adelante. Pero también entiendo que Haaland pueda decantarse por un Real Madrid que juega con dos puntas y acompañe a Benzema en el ataque.
Otra cosa es que el Barça esté pensando en el noruego, cosa que dudo. La apuesta de cara al próximo mercado parece inclinarse por jugadores formados, no por hacer. Pero si vuelves a fichar un jugador de tres cifras, como fueron Dembelé o Coutinho, no puedes permitirte el lujo de tener un fichaje tan importante en el banquillo. Y la supuesta llegada de Lautaro necesariamente dejaría a Suárez con menos minutos. No cabe duda de que el Barça necesita reforzarse en ataque, pero un mercado de fichajes no debe convertirse en una obsesión por el equipo titular. Ahora mismo el resto de sus líneas están bien nutridas en su once inicial. Si fichas titulares y al día siguiente no juegan de inicio, te acusarán de tirar el dinero. O desaprovechar un trueque. La plantilla del Barça se ve sometida a 60 partidos, sumando los internacionales. Teniendo en cuenta que una temporada es larga, con sus diferentes estados de forma y de ánimo, es necesario cuidar el fondo de armario, no solo las mejores galas.
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