Josep Maria Bartomeu ha acelerado en horas las negociaciones para renovar a Jordi Alba con la misma velocidad de vértigo que el futbolista galopa por la banda izquierda. Todo va por muy buen camino y el acuerdo es inminente, quién lo iba a decir cuando el pasado mes de noviembre, después de dos años de espera, la sensación no era nada optimista por ninguna de las partes y la tensión se podía cortar con un cuchillo.
Pero no hay más ciego que el que no quiere ver y Alba se ‘rebeló’ en el escenario donde mejor se desenvuelve: el césped. No es fácil que un lateral se convierta en factor clave de un equipo tan potente como el Barça ni en ídolo de una afición que en el último partido en el Camp Nou coreó varias veces “Jordi Alba, renovación”.
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Como un resorte, se activaron todos los mecanismos para no demorar más lo que ya no tenía sentido dejar pasar en el tiempo. Hasta el punto de que a uno le da impresión que puede haber golpe de efecto antes del clásico de Copa en el Bernabéu. ¿Será así? Veremos…