Favoritismo arbitral

Muchos barcelonistas opinan con total convicción que al Real Madrid le ayudan los árbitros. Una ayuda crónica que desde que tengo uso de razón se mantiene en la opinión culer. Unos dicen que se favorece al Madrid no pitando infracciones y también perjudicando a los equipos contrarios, que sería otra manera de beneficiar a los merengues. Es este un debate eterno con muy pocas posibilidades de solución porque casi nadie puede demostrar una conspiración a favor del malintencionadamente llamado “equipo del poder”.

Sin embargo, en el año 2022, una denuncia de la Agencia Tributaria asegura que un vicepresidente del CTA había recibido del FC Barcelona unos pagos por valor de 7,6 millones de euros, con el objeto, según el acusado, de asegurarse arbitrajes neutrales. Eso levanta sospechas, no nos engañemos. Muchos de los empleados en el momento de contactar con Negreira ya no están en el club y hasta ahora no se ha podido demostrar que esos millones fueran para amañar ningún partido. Fuera para lo que fuere ese montante, la cosa no invita a pensar bien ni de quienes pagaron, ni por supuesto de los árbitros.

Hace unos días, Paco Roig, expresidente del Valencia, reconocía haber comprado a un árbitro en un partido de la UEFA. Le pagó tres millones para que no les perjudicase, y según Roig “resultó ser un hijo de puta que a los tres minutos nos pitó un penalti en contra”. Tiene gracia que el señor Roig solo vea un hijo de puta en toda esta historia, dicen que nadie ve su propia joroba. Otra. Después de leer las recientes declaraciones de Ayza Gámez, exárbitro de Primera División, diciendo que encuentra normal que los árbitros no penalicen los exabruptos de Vinicius o el rodillazo/agresión de Endrick a Mouriño porque a él haber expulsado en su día a Cristiano en San Mamés le costó su carrera arbitral, me inclino a pensar mal del colectivo arbitral, o al menos de algunos, porque como en todo colectivo, en el de los árbitros también habrá gente honrada, digo yo; pero a día de hoy, y como barcelonista, detecto un poco disimulado favoritismo hacia el equipo blanco que… ¿qué quieren que les diga? Da que pensar.