Opinión

Facturas que se cobran a más de 90 días

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La vuelta de Aitana Bonmatí y Claudia Pina a la selección española. / EFE

“Siendo titular en el mejor club…. será por rendimiento, no? (pregunto por una amiga)”. Ana Crnogorcevic también se lo cuestionaba a sí misma y al mundo, ironía en su ‘tuit’ al margen. Y es que la nueva convocatoria de Montse Tomé le sonó a la ex jugadora del Barça Femení a pase de cuentas o similar. Dejar fuera a Irene Paredes, sobre todo, y a Jenni Hermoso y a Misa de esta lista de la selección española no sólo ha llamado poderosamente la atención por el hecho en sí sino por los argumentos de la entrenadora en la rueda de prensa posterior.

Nadie puede negarle a a la central del Barça, siempre desde el aspecto meramente deportivo, una convocatoria. En el caso de Hermoso, alejada del día a día de la liga nacional y a un nivel competitivo distinto al de su amiga y compañera, es entendible. Pero negarle a Irene la mayor, es curioso. Por decirlo fino. Porque escuchando a Tomé, sus palabras destilan un ‘más allá’ que poco o nada tiene que ver con el terreno de juego. Y la comparativa con lo que hace su compañero Luis de la Fuente, suena feo. “Una familia”, reivindica la seleccionadora. Lo hace desde el punto de vista humano y deportivo. Desde la humildad del grupo, quiero entender. Como si Paredes y Jenni desunieran o dinamitaran ese clima familiar. Tampoco está Misa, otra de las profesionales que no tuvo pelos en la lengua a la hora de la verdad. De esa verdad que aún duele a unos y a unas cuantas.

Cuando Ana Crnogorcevic se pregunta lo evidente no hace más que poner voz a las dudas, una vez más, que despiertan Montse Tomé y su equipo de trabajo. “Tengo claro lo que me gusta ver: ese compañerismo, ese saber estar...”, dijo la técnica. Y añadió, por si quedaba alguna duda, que el equipo masculino es "un ejemplo de convivencia dentro y fuera del campo".

“Dejavú”, escribía ayer Vero Boquete en la red social X. Reconozco que tuve el mismo sentimiento al conocer la lista de convocadas i la ‘retuitée’. Un mal recuerdo. Un paso atrás. Porque negarle a Irene Paredes la participación en el próximo partido de La Roja es retratarse y dejar muy claro que no gustan ciertos documentales de gran éxito y que hay facturas que se cobran a más de 90 días. La FEF todavía destila ciertos tufos y buena será la hora de la renovación. Boquete resumió de forma magistral el ‘esto es lo que hay’ con tan sólo una palabra. Ella nos remitió al fondo y Crnogorcevic, a la forma. Dudar de Irene Paredes como profesional al más alto nivel sólo puede obedecer a razones extradeportivas. Y si no es así, que lo expliquen.

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Permítanme, ya que hablamos de fútbol jugado por mujeres, recordar y recordarle a Montse Tomé que una de las jugadoras que dejó su firma en el último clásico, que ganó el Barça Femení por un contundente 0-4, era a una de las que ha dejado fuera. Una exhibición del equipo culer, con una Patri Guijarro estelar y una Alexia Putellas que se convirtió en la tercera goleadora del FC Barcelona con 199 goles. Un monólogo futbolístico que demostró, un día más, que las blaugrana comen aparte en esta Liga F aunque a veces dé la sensación que ello indigesta a más de uno. Y de una.