Un derbi como los de antes con defectos recientes. El Espanyol de Abelardo arrancó un empate más que merecido gracias a su vigor renovado y el Barça de Valverde se dejó empatar gracias a una desidia que ya ha aparecido otras veces esta temporada. Una acción infantil de De Jong, que le costó la expulsión, fue el desencadenante del colapso final de los blaugrana, pero no fue ni siquiera la causa más importante. Porque, una vez más, los de Valverde se creyeron ganadores antes de tiempo, primero con empate a cero, y más tarde con 1-2 y, una vez más, apareció una patología típica de esta temporada, que es la de dar los partidos por ganados cuando todavía no lo están. El equipo inerte y plano de la primera parte, el mismo que ya había aparecido en Pamplona, Granada o Levante, solo reaccionó cuando se vio por debajo en el marcador, y curiosamente bajó los brazos justo después de que un grandioso Suárez impulsara la remontada. El Barça mantiene por los pelos el liderato y se proclama campeón de invierno, pero sigue sin disipar las dudas que lo persiguen desde el principio de temporada. Porque es un equipo de fogonazos, con una artillería descomunal, pero incapaz de dar continuidad a su juego. Nadie le gana en pólvora, pero casi todos le superan en constancia y tenacidad. Distan mucho de ser las mejores sensaciones para encarar un torneo tan exigente como la Supercopa en Arabia.
NUNCA HAY QUE MENOSPRECIAR A LUIS SUÁREZ
No es un buen negocio poner en duda a Suárez, un futbolista estratosférico que ha participado en el 100% de los últimos diez goles del Barça: 4 como goleador y 6 como asistente. Los que ya tenían las escopetas cargadas contra él, una vez más deberán guardarlas. Porque ayer empató con una mordida quirúrgica de ‘killer’ nato y sirvió el segundo gol a Arturo Vidal con un centro estratósferico con el exterior del pie. La lástima del empate es que no deja en el lugar que merece el gran partido del uruguayo. Más de uno debería grabarse esta lápida encima de su cama: “Nunca hay que menospreciar a Luis Suárez”.
VALVERDE VOLVIÓ A ACERTAR CON ARTURO
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El entrenador del Barça tiene ahora un 11+1, donde Arturo es este agitador de más que rescata al equipo de sus célebres pájaras. Ayer, el chileno volvió a reactivar a sus compañeros y fue una vez más un futbolista clave. La actuación de Arturo refuerza a Valverde, que lo hizo entrar en el momento preciso, y que en la víspera ya había dejado claro que desligaba la cuestión de la demanda de su posible alineación.